Reescrituras y reapropiación: “Otro bosque: mujeres y cuentos de hadas en Latinoamérica”, de Lola Horner

A veces pienso que no he dejado de ser esa niña que lee y relee sus cuentos favoritos, los escarba y los acaricia, se los repite hasta creérselos. Los usa como ventana y como transporte y luego vuelve a leerlos con ojos nuevos. 

Lola Horner, Otro bosque: mujeres y cuentos de hadas en Latinoamérica

Los cuentos de hadas permanecen en los recuerdos de la infancia, en las historias que se transmiten y también en este presente que habitamos. Todxs recordamos por lo menos una historia de este género. De niña, adoraba un libro gigante que contenía una serie de cuentos clásicos ilustrados, acompañado de un CD que guiaba la lectura. Lo escuchaba y leía una y otra vez mientras observaba los dibujos. Mi favorito, recuerdo, era el de Caperucita Roja. Cuando crecemos observamos que las historias también crecen, se bifurcan y se adaptan a nuevos espacios, personajes y tramas. 

El libro Otro bosque: mujeres y cuentos de hadas en Latinoamérica (2023), escrito por Lola Horner y publicado por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), realiza un recorrido crítico por distintas adaptaciones, escritas por autoras latinoamericanas, de cuatro cuentos de hadas clásicos: “Barba Azul”, “Caperucita Roja”, “La bella y la bestia” y “La bella durmiente”. Las historias se transmiten por medio de la oralidad; no obstante, la autora reconoce que es difícil trazar un camino hasta el inicio original de un relato, por lo que parte del canon del género —Charles Perrault, los hermanos Grimm y Walt Disney— para observarlo, analizar su recepción y cuestionarlo a partir de las versiones que subvierten los elementos de los cuentos clásicos.

Cada vez que el lector lee el cuento, se adentra en el bosque. Cada vez que el cuento es leído, la historia revive para acogerlo. Cada árbol en el bosque es distinto y cada una de sus ramas nos cuenta una historia diferente aun cuando parezca similar a todas las otras. 

Lola Horner, Otro bosque: mujeres y cuentos de hadas, UANL, p. 13 

En este camino a lo largo de la historia existen reescrituras por parte de autoras, cuyos nombres corrieron el riesgo de desparecer. Horner manifiesta una necesidad por saber qué habíamos hecho las mujeres en América Latina con los cuentos de hadas. Dibuja a las escritoras latinoamericanas como brujas decididas a vandalizar el bosque, un lugar donde habitan las historias que conocemos, con los personajes y las tramas clásicas. Las brujas escriben desde una periferia y a partir de su propia experiencia. Construyen relatos por medio de componentes indudablemente políticos, como la sexualidad, el amor, la maternidad, la individuación, la desobediencia, el aborto, la libertad, el matrimonio, el cuerpo, y un largo etcétera que permite observar la complejización de los personajes femeninos que crean las escritoras. 

A partir de sus propios recuerdos, Lola Horner crea un lazo entre el pasado y el presente, un vínculo que se une a partir de historias, imágenes y recuerdos. En el prólogo, narra un relato de su infancia en casa de su abuela en el que veía una versión en video de “Hansel y Gretel”, el cual sería probablemente su primer recuerdo acerca de los cuentos de hadas. Después de observar también “Caperucita Roja”, la autora se esconde de los adultos para sumergirse en su disfrute ante los libros y las películas. Resulta difícil no identificarse con la sensación que relata: la lectura de los cuentos, lo que imaginábamos y las historias que a partir de otras nos contábamos para nosotras mismas era algo único y completamente nuestro. 

En cada capítulo entabla una relación entre escritora y lectorx, pues comienza narrando en segunda persona: coloca a quien lee como protagonista de la historia que está por abordar. Abre un camino por medio del recuerdo y logra tintes de aquella oralidad presente en los relatos. Introduce los apartados de una manera personal e íntima que permite caminar de la mano, imaginar y adentrarse en el bosque donde habitan las historias. 

Los cuentos de hadas crean un universo en nuestro imaginario, compuesto de las historias que vemos, leemos y las que nos cuentan, e incluso, de la forma en la que nos aproximamos a los cuentos, cómo los leemos en voz alta, cómo algunos elementos se mantienen firmes con el tiempo: las voces, los colores, el miedo, el asombro. Pero también, como expresa la autora, las ideas; aquello que es importante para nosotrxs, lo que nos obsesiona. 

Durante toda la lectura está presente la imagen de las brujas que corrompen el bosque. Por ejemplo, en el primer capítulo dedicado a las reescrituras de “Barba Azul”, muestra un lado poco explorado por la crítica sobre los personajes femeninos que aparecen en la historia. Así, el cuento da un giro, pues más que la historia de un hombre excéntrico y violento, se trata de una mujer desobediente que, gracias a la curiosidad logra salvar su vida ante la violencia de su pareja.  

La autora muestra la delgada línea que existe entre la realidad y la ficción, mientras nos invita a cuestionar las representaciones de los personajes masculinos que conocemos. El personaje de Barba Azul representa la violencia justificada, pero también se inserta en el terreno de la sociedad; encarna el arquetipo de la agresión y el poder, que se manifiesta en padres, esposos y figuras políticas de Latinoamérica. 

Dentro de la inmensa ramificación de historias, la autora observa un vínculo entre las reescrituras de autoras latinoamericanas y otros libros que también abordan el tema de la violencia, no desde la ficción, sino desde la propia experiencia, como El invencible verano de Liliana de Cristina Rivera Garza. Los puntos en común trascienden las barreras de la ficción y se relacionan con el miedo, la denuncia y el poder de nombrar a través de la palabra.

Cuando se habla de las reescrituras de “Caperucita roja”, la autora nos muestra símbolos interesantes que encarnan temas de sexualidad, menstruación, libertad, autodescubrimiento e identidad. Caperucita emprende un viaje en soledad, se enfrenta a múltiples obstáculos y debe enfrentarse a tomar decisiones. Así lo plantea, por ejemplo, “Si esto es la vida, yo soy Caperucita Roja”, la versión de Luisa Valenzuela, que, además, articula la transformación de individual a través de tres mujeres que aparecen en el cuento: la abuela, la madre y la protagonista. 

En “La bella y la bestia”, se encuentra una serie de temas relacionados con el amor romántico, la pareja, la figura de la princesa y la otredad. La recopilación de versiones que presenta Horner muestra un entretejido de temas y cuestionamientos que atañen a la experiencia de ser mujer frente al otro. Estas adaptaciones permiten cuestionar aspectos que no corresponden a la experiencia propia del amor.  

La maternidad es un elemento importante asociado a las versiones de “La bella durmiente”. Mientras reflexiona sobre los personajes en las reescrituras de este cuento, Horner reafirma su posición de madre y escritora: 

Escribo todo el tiempo, también, en ráfagas, en una libreta que llevo en el bolsillo del pantalón. Las palabras empapadas en leche tienen su propio ritmo y su propia lógica; no configuran un panorama coherente, pero son el hilo que me ayudan a orientarme en el laberinto en el cual he caído con la explosión del nacimiento. 

Lola Horner, Otro bosque: mujeres y cuentos de hadas, UANL, p. 124 

Las reescrituras de “La bella durmiente”, expresa la autora, encarnan la importancia de la maternidad en Latinoamérica, pues quien escribe se enfrenta a una tradición que idealiza a la madre, pero no le permite su expresión como ser humano. 

Como parte de sus reflexiones, Lola Horner se pregunta: “¿Qué implica reescribir?”. El libro que construye es una respuesta a esta cuestión. Escribir y reescribir, así como releer, repensar y reconocer permite una transformación de las historias, un cuestionamiento de las creencias a través de ángulos desconocidos. Así, se reivindican no sólo los personajes femeninos y las tramas, sino la experiencia de aproximarse a la lectura de los cuentos de hadas. 

Rosario Ferré, Luisa Valenzuela, Silvina Ocampo, Ave Barrera, Clarice Lispector, Marina Colasanti, Lina Meruane, entre muchas otras, son algunas de las autoras que se recopilan en el libro. Las escritoras latinoamericanas transforman y trascienden las historias que escuchamos y leemos desde la infancia, juegan e imaginan a partir de personajes y complejizan la experiencia femenina mediante símbolos que habitan en nuestro imaginario. Otro bosque: mujeres y cuentos de hadas en Latinoamérica es no sólo una invitación a leer las reescrituras de las historias que ya conocemos, sino también una muestra de la reapropiación que han hecho estas autoras acerca de un género que ha sido deslegitimizado y cómo ha sido transformado para crear versiones que reflejen la realidad de ser mujer en Latinoamérica.  

Si quieres adentrarte en este bosque corrompido por las brujas y conocer sus lindes y bifurcaciones, puedes adquirir el libro en la tienda en línea de la UANL