Pipo, “El marinerito” – Microrrelato de Baltasar Botavara

Había una vez, en los tiempos de la intrepidez, un Pipo marinerito, hijo de Mímir y Ran, que un barquito quería comprar porque quería salir a navegar, pero en su reino no lo podía negociar porque como aquel allí no había ninguno igual, así que lo compró en otro reino muy lejano, mucho más lejos que Fram, ese el del astillero Fujian.

Después de mucho esperar, y ansioso por singlar y a la mar desafiar, a las seis semanas el barquito en su puerto atracó, y hasta Pipo Caribe lo bautizó, pero cuál sería su sorpresa cuando vio que la vela estaba tiesa y que tenía una situación en el eje de estribor. ¿Cómo llegó?

⎯Pieza náutica inefable, full de combustible, barquito ingobernable, estafa terrible. Malhaya sea mi suerte ⎯ gritó Pipo sensible⎯, comprar barcos no es mi fuerte, que me parta un rayo si esto te divierte ⎯reprochó al dios de los mares, aquel el del tridente.

Indignado, embravecido, con el corazón acongojado,

⎯Varias piezas he movido, nada ha funcionado. Tendré que hablar con el que me lo ha vendido ⎯dijo Pipo, “el marinerito”.

Sin embargo, el cruel mercader bandido, con un triste gruñido, le dijo que la garantía había fenecido, pues las horas de operación cubiertas se habían agotado con aquel largo traslado:

⎯No es mi culpa, amigo mío. Tres mil horas ha navegado, dos mil ochocientas hemos firmado y dos mil ochocientas has pagado. Once mil millas nos separan, once mil millas cualquier garantía acaparan. Te vendo otro barquito, pues este apenas sirve para pecio; hazme caso, no seas necio, mi muy estimado Pipo marinerito. Te haré un buen descuento, tendrás un barco nuevo, tienes mi juramento, que incumplir ni me atrevo.

Sin más dinero en sus bolsillos y sin querer volver a aquel pillo ver, Pipo, “el marinerito”, sin poder bogar, surcar o siquiera remar, solo pudo triste a la distancia mirar a la lejana mar, pensando en ese barquito chiquito que nunca supo navegar.

Fin.


Autor: Baltasar Botavara (Bogotá, Colombia. 1987). Economista y escritor. Sus relatos se han publicado en revistas literarias de México, Argentina y España.