Rebobinar el casete: la música de el bebo grabaciones

Hace algunas semanas tuve la oportunidad de platicar con el bebo.
El presente texto y ejercicio de casete ficticio es el resultado de ello.


Dedicado a mi casette de rocanrol favorito
mezclado por mi papá
.

Track 1 – DIY

Ruptura, música “hágalo usted mismo“, buenaondismo y amor por lo (im)perfecto; éstas son algunas de las ideas que se me vienen a la cabeza al pensar en el bebo grabaciones y en cada rinconcito del universo que se ha creado en torno a la maravillosa idea de regresar a la creación, distribución y escucha de casetes.

Sí, casetes, esos dispositivos de cinta magnética en los que se grababa música, pero que al día de hoy, en el mejor de los casos, son relleno de cajas amontonadas en algún rincón de la casa. Esas mismas cajitas de plástico con portadas multicolores que ahora guardan polvo y nidos de arañas son las mismas que en otra época guardaron canciones, historias y afectos que ahora sólo habitan en escondites de la memoria.

En este contexto, el bebo se involucra para desempolvar no sólo los casetes, sino el proceso mismo de la grabación casera, el maquilado artesanal y la escucha analógica.

Track 2 – (re)Nacimiento

El proyecto nace en 2020, tras la búsqueda de los dos bebos (Alec y Miguel) por incursionar en la escena de las bandas de música independiente mexicana. Al enfrentarse a un panorama cerrado y elitista, aunado con el inicio de la crisis pandémica, el bebo surge como un ejercicio de seleccionar y ordenar las grabaciones sueltas de la propia banda para hallar narrativas capaces de interesar a la gente.

Lo que inició como un ejercicio “curatorial” en la plataforma Bandcamp, pronto se volvió un proyecto que adoptó los casetes como eje medular de su mundo. Esta decisión responde, primeramente, a la accesibilidad que ofrece un soporte barato que le permite a cualquier persona hacer sus propias grabaciones caseras en contraposición con la complejidad que implica la grabación en soportes como el vinilo.

Sin embargo, el motor central de los casetes apela más a una lógica de los afectos, el deseo, la memoria, el recuerdo. Al preguntarle a Alec y Miguel cuáles eran las primeras cosas que se les venían a la cabeza al escuchar la palabra casete, ambos coincidían en remitirse a una escucha de hace muchos años, en el carro de los padres al salir de vacaciones, a un walkman viejo y a las J-card de colores que servían como carátulas de cada una de las cajas.

Track 3 – Concepto

Así, el bebo propone una especie de “vuelta a la estética del objeto”, en donde cada casete apela a los vínculos unidos a la memoria. A través de esa suma de valores agregados, de pesos simbólicos, se activa el deseo, fenómeno que se ha quedado relegado por la inmediatez de la escucha digital dentro de las plataformas de streaming. Ahí, donde todo apetito se diluye en la facilidad del boton de “skip” y de la avasalladora sensación de tener todo el universo musical al alcance de la mano.

Por ello, las grabaciones de el bebo apuestan por un sistema diferente, en donde cada casete se crea de manera artesanal, bajo la intención de oponerse a las lógicas del consumo desenfrenado y de los preceptos de que la creación, grabación y distribución de música es algo inaccesible y reservado para ciertos círculos.

El servicio que ofrece el bebo va desde la grabación de la música, la maquila de los casetes, el diseño de las J-cards y la distribución de todo ello en bazares, ferias y pop-ups. En cada una de las partes de este proceso, los bebos plasman la ideología de que la creación y el disfrute de la música está al alcance de todxs.

Track 4 – Yost Duit

La materialización de todo esto es la que dio origen al personaje del bebo, el carismático dibujo que da la cara (nunca mejor dicho) por Alec y Miguel. El bebo responde en Instagram con faltas de ortografía y un desenfado que le muestra a la gente que no todo debe ser perfecto y que eso mismo puede reflejarse en la producción artística de cualquiera. No es necesario saber, sólo intentar. Desde el valemadrismo más incitante, El Bebo invita a las personas a sacar a sus creadores internos mientras se oponen a la idea del miedo a equivocarse.

Empieza a crear, como sea, encuentra algo que te guste. Después, sigue haciéndolo, ya mejorarás sobre la marcha.

Por ello, la comunidad que se ha generado en torno al bebo ha abrazado la calidez de las relaciones horizontales, la camaradería y la máxima del disfrute musical como fin y la experimentación, además del ludismo como medios. Ésta es la luminosidad de un espacio de gente que no son expertos y que, mejor aún, no pretenden serlo.

Al romper con los caminos trazados, el proyecto ha logrado difuminar muchas de las barreras que separan a los creadores de los consumidores, permitiendo que la propia cercanía juegue con el antojo de volverse un creador más. Cada casete abre las puertas a más y más gente que nunca había tenido la oportunidad de acercarse a la creación sonora.

Track 5 – Nostalgia

Y lo mejor de todo, desde una tecnología que por su misma esencia “anticuada“ resulta seductoramente novedosa. Para las generaciones que crecieron con los casetes, las grabaciones de el bebo implican una vuelta al pasado; para las generaciones que no las conocieron, implica una nueva manera de aproximarse a una escucha musical menos inmediata, más profunda.

Al enfrentarnos a la escucha analógica, el proceso de rebobinar la cinta, de colocar el casete en el reproductor, nos involucra en una labor activa. Ahí, la propia materialidad de los soportes físicos dan cuenta de nuestros afectos: cintas dañadas que manifiestan cantidad de reproducciones, cajas rotas que cuentan historias de viajes, portadas decoloradas que nos hablan del paso del tiempo.

Al igual que las cintas, nosotrxs mismos nos vamos deteriorando. Cada día, cada reproducción nos desgasta y mientras eso sucede, el sonido que contenemos va cambiando. Arrugas, ruidos, parones, cicatrices. Envejecer es desgastarnos por el buen uso, para después aprender a abrazar esos cambios; es escuchar el paso del tiempo desde el sonido de nuestros propios recuerdos.

Bonus track

Durante mi charla con Alec y Miguel (a quienes desde aquí les mando un abrazo y la invitación para ir por unas cervezas), me tomé la libertad de preguntarles por algún casete por el que sintieran especial cariño. Comparto aquí el casete de cada uno y añado como pegote mi casete favorito de los que circulan bajo el fantástico sello de el bebo grabaciones.

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