Segundas Vueltas: Otra oportunidad para el cine mexicano

El 11 de diciembre de 2020, la Capital Cultural de América se topó con una amarga noticia: el cierre aparentemente definitivo de La Casa del Cine. Este recinto, ubicado en el centro de la Ciudad de México, recibía cada semana a cientos de espectadores, ávidos de una experiencia cinematográfica que combinara las virtudes de la pantalla grande con las de una sala íntima, imposible de replicar para las grandes cadenas. Súbitamente, los estrenos de festivales nacionales e internacionales se quedaron sin uno de sus más preciados hogares.

La Casa del Cine se convirtió en otro más de los recintos culturales que no resistieron el golpe económico de la crisis sanitaria, no obstante, la labor de este lugar como promotor del séptimo arte no terminaría tan fácilmente. Por ello, su director Carlos Sosa, acompañado de reconocidos cineastas mexicanos, presentó este 27 de abril la cuarta edición de la iniciativa Segundas Vueltas. Ésta es una alianza entre el personal de Casa del Cine con empresas distribuidoras y productoras nacionales, con el objetivo de reestrenar cintas mexicanas en trece espacios distribuidos a lo largo del país.

Por tres ediciones consecutivas, Segundas Vueltas dio una nueva oportunidad a cintas nacionales de ficción. Pero, esta vez, la iniciativa reestrenará exclusivamente largometrajes del género documental. Para Carlos Sosa, esta decisión responde a una urgencia de visibilizar las distintas posturas abanderadas por los cineastas mexicanos sobre los fenómenos que atraviesan al México del siglo XXI, en una época donde la sociedad vaticina grandes transformaciones.

El documental también es el género que le da más jugada a la equidad de género. Vemos que hay muchísimas más directoras hoy en día en el documental que en la ficción. El documental ya no es —y creo que nunca lo fue— un primer paso para llegar a las ficciones; es el género que muchos traemos en la sangre.

Carlos sosa, director de La Casa del Cine.

En total, serán once los documentales que regresarán a las salas y recintos independientes de México para encontrarse de nuevo con su público. Aunque, tras el primer año de una crisis sanitaria, y con el advenimiento de una nueva crisis económica, muchas de estas cintas adquirirán un significado inesperado. Ejemplo de ello es Ya me voy (2018), documental realizado por Armando Croda y Lindsey Cordero que, desde la historia de un migrante llamado Felipe, narra las dificultades atravesadas por quienes no encuentran forma de regresar a su hogar tras haberlo abandonado en busca de mejores oportunidades.

Josh Alexander (arriba), Armando Croda y Lindsey Cordero (abajo).

Estas historias sobre migración y el regreso a casa se vuelven más poderosas e importantes cuando nos reflejamos en la intensidad de esta pandemia y lo que significa estar con tu familia.

Josh Alexander, productor de Ya me voy.

Nuestras concepciones de hogar y familia no son las únicas que se han trastocado por la pandemia; también lo ha hecho la del espacio público. Un año después de iniciado el confinamiento, los conglomerados urbanos con sus incesantes flujos de gente ­—y contaminación, claro está—, se han vuelto ajenos para quienes han gozado de la permanencia en casa. Rush Hour (2017), documental de Luciana Kaplan, se convirtió de manera imprevista en un reflejo de este contraste entre vieja y nueva normalidad.

En esta cinta, la directora sigue a tres ciudadanos en Los Angeles, Estambul y, por supuesto, Ciudad de México, para retratar el extenuante trayecto que realizan todos los días desde sus hogares hasta sus empleos. El hacinamiento y las deficiencias del sistema de transporte se traducen, para los protagonistas, en cansancio, hastío y la abrumadora sensación de desperdiciar buena parte de sus vidas. Ahora que la cuarentena nos ha distanciado de esta dinámica —por lo menos a unos cuantos—, contamos con una oportunidad única para reflexionar en torno al verdadero costo de la bonanza prometida por las grandes ciudades.

Luciana Kaplan.

Es un documental que en estos momentos nos vuelve a hacer reflexionar sobre qué tipo de vida queremos tener, sobre cómo habitamos las ciudades y todas las desigualdades sociales que existen. No sólo en México, sino en todo el mundo.

Luciana Kaplan, directora de Rush hour.

Así, Segundas Vueltas es más que un esfuerzo por restablecer los números en taquilla de cintas cuya exhibición fue interrumpida. Es, más bien, una ventana para asomarnos a diferentes problemáticas que azotan a nuestra sociedad, muchas de las cuales permanecen invisibles ante la mirada fútil de políticos y no pocos ciudadanos. También, será un espejo para reflejar el cambio en nuestra visión del mundo, de nuestras interacciones y de nosotros mismos, después de que una pandemia global quebrantara nuestro entendimiento aparentemente firme de todo ello.

Segundas Vueltas se une a otros festivales e iniciativas culturales para mantener vigente al cine mexicano, en una época donde la prevalencia de este sector parece estar amenazada por falta de estímulos y de oportunidades para conocerlo: “Desafortunadamente tenemos que entender y ver el cine como uno de los fenómenos de nuestra profunda desigualdad. En México, sólo el 20% de la población tiene la capacidad económica para acceder a las salas comerciales”, explica Inti Cordera, productor de la cinta Lupe Bajo el Sol (2016).

Carlos Sosa (arriba) e Inti Cordera (abajo).

Casa del Cine cerró sus salas. Pero, mediante Segundas Vueltas y trece recintos listos para recibir público (más los cien espacios de la Red de Cineclubes), se mantiene firme en su misión de difundir el buen cine mexicano. Así, planta cara al tópico repetido hasta el cansancio por aficionados y presuntos analistas de que “el cine mexicano es basura, es desechable”. La Casa del Cine deja claro que el problema con nuestro cine no se reduce a tan poco. Y, por supuesto, abre las puertas a una merecida solución.

Los números que manejamos en Casa del Cine nos dicen que la gente sí quiere ver cine. Que el problema no es de calidad, pero sí de acceso: hay mucha gente que no tiene oportunidad de acudir a las salas y afortunadamente hay muchos nuevos espacios en los rincones más lejanos del país que hacen que nuestras películas se puedan reencontrar con su público.

Carlos Sosa, director de La Casa del Cine.

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Las proyecciones de Segundas Vueltas comenzaron el 30 de abril y finalizarán en octubre de 2021. Entre los recintos que proyectarán las películas, se encuentran Faro Aragón, Kinoki San Cristóbal y Filmoteca Durango. Cartelera y mapa completo en segundasvueltas.mx