Las grutas – Poema de Victoria Gómez Viñao

A unas cuadras ya sentía
ese olor salado.
Me fui acercando.
Salté las primeras bajadas y
me adentré en la cuarta.

La arena desierta,
algunos dirían
que no es el tiempo
de andar en estos lugares.
Ni siquiera llegamos
a estación media.

No entiendo
cómo afirman eso
y no se les nubla la vista
frente a la inmensidad esa
desdibujándose con el horizonte.

Fue difícil
ver todos esos peces
cerca de la orilla.
Los había de todos los colores,
resaltaban los verde-botella,
los amarillos-tapita
y los blancos-sorbete.

Volví unos pasos atrás,
me senté cerca de las aguasbolsas
ya no tan vivas
depositadas por la marea de anoche.

Me recosté un poco.

Escuché.
Agosto,
ni lemon pie,
ni cheesecake,
ni tiramisú.
Ni churros,
ni choclo con manteca,
ni rellenitas las donas,
ni pulpito.

Y claro,
si ni siquiera llegamos
a estación media.

Meto un pie abajo de la arena
que sigue apenas calentita.
Toco un par de caracoles-colilla.

Lo saco.

Meto el otro.
Dolor.
Lo saco.
Sangre.
Pinzazo de cangrejo-vidrio.

Me vuelvo a sentar,
un poco incómoda,
me presiono la herida
y respiro salado.
Suspiro y pienso
en que ni siquiera llegamos.
a estación media.


Autora: Victoria Gómez Viñao (Argentina, 1997). Profesora de Lengua y Literatura, egresada de la Universidad Nacional de Río Negro. Ha publicado La flor azul (Editorial Kuruf, 2020).