Misterios sin resolver, la serie creada por John Cossgrove y Terry Dunn a finales de los años ochenta hasta finales de los noventa que tuvo algunas interrupciones de varios años, creó todo un estilo de serie de televisión que utilizaba la herramienta del documental de perfiles con recreaciones dramáticas de casos extraños que incluían asesinatos, aliens y desapariciones. El formato se volvió muy efectivo al momento de contar los testimonios presentados y se volvió una tendencia televisiva que hasta el día de hoy permanece en distintos canales, servicios de streaming e incluso series de televisión.
Misterios sin resolver convertía hechos trágicos de la vida diaria en leyendas urbanas o mitos que se transmitían a través de la oralidad. El tratamiento del documental con entrevistas y testimonios intercalados proporcionaron al show televisivo una contundencia que la vestía de una credibilidad casi rayando en lo científico pasando por el proceso de la investigación policiaca.
Netflix compró los derechos del concepto y anunció a finales del 2019 que traería de vuelta a la serie con nuevos casos y el mismo formato documental. El primero de julio del 2020, la serie se estrenó dentro de la plataforma de streaming con un seriado de ocho capítulos que van desde lo paranormal hasta el asesinato y las desapariciones.
La renovada serie cuenta con diversos temas y no escribiré sobre todos, pero sí del par que más me impactó y ocasionó que mi fe en la humanidad disminuyera un poco más después de terminarlos:
1. La casa del terror
Un capítulo que narra el asesinato de la familia nobiliaria Duppont de Ligonès, encabezada por el padre Xavier, su esposa Agnès y sus cuatro hijos de entre los once y diecisiéte años de edad. El testimonio de una vecina que les ayudaba con algunos deberes de la casa cuenta que un lunes, día de actividad dentro de la dinámica familiar, encontró que las persianas se encontraban cerradas. Había un aviso en la puerta que indicaba que cualquier carta o documento enviada a esa dirección fuera devuelta a su remitente. Pasaron los días y nadie regresó a abrir la casa. La policía local decidió conseguir una orden de cateo para explorar dentro de la propiedad y encontraron todo impecable sin nada extraño. Parecía que las vacaciones se habían alargado más de los normal, lo cual no era raro considerando el tipo de familia que era. Sin embargo, semanas después encontraron los cuerpos de toda la familia enterrados en un sótano de tierra debajo de la casa, incluyendo las dos mascotas, menos al padre, Xavier Duppont de Ligonès.
Comentario: La historia se construye mucho con entrevistas a policías, vecinos y gente cercana a la familia. Lo que da credibilidad y peso al caso es el testimonio del mejor amigo de Xavier, quien se nota más sorprendido por los hechos y que nunca se imaginó la desaparición de su amigo de toda a vida. El caso me conmocionó demasiado al grado de cuestionarme por qué alguien que tiene un título nobiliario de ese grado, el respeto de la sociedad y una familia ejemplar, los asesinaría y escaparía para después desaparecer sin dejar un solo rastro. Sin boletos de avión, de tren, ni siquiera un cuerpo que indique, como en la mayoría de los casos parecidos a este, un suicidio. Solamente un video de seguridad de un hotel a varios kilómetros de la ciudad de Versalles, donde Xavier Duppont se despide de la cámara con un ligero adiós. ¡Realmente impactante y desolador!
2. Misterio en la terraza
Allison y Rey conformaron la familia Rivera. Él era cinéfilo y escritor de profesión, al cual le proponen mudarse de residencia cuando su mejor amigo le ofrece a Rey un empleo como redactor de boletines financieros dentro de una compañía de inversiones. Un día Allison sale de viaje por trabajo y lo deja solo con una colega que les pidió alojamiento temporal. Rey recibe una llamada urgente que termina abruptamente con un «¡Oh!» y una apresurada salida sin que le diera tiempo ni siquiera de cambiarse las sandalias. La llamada indicaba algo apresurado y urgente. Allison llamó al celular de su esposo y fue enviada a buzón, lo cual indicaba algo muy extraño porque Rey siempre contestaba sus llamadas. Los días pasaron y él no aparecía, la noticia del caso se volvió muy mediática en la ciudad hasta que encontraron el coche de Rey abandonado en un estacionamiento público cercano al edificio de sus oficinas y el Hotel Velvedere, un lujoso lugar para comer. Al poco tiempo encontraron un hoyo en el techo de uno de los salones de juego ocasionado por el cuerpo de Rey, que ya llevaba ocho días de descomposición. Todo indicaba un suicidio, pero las pruebas y el contexto del hombre de 33 años indicaban otra cosa. Además de esta «fehaciente» prueba que enmarcaba un suicidio, nada encajaba en relación con el estado de afectación del cuerpo por una caída de esa magnitud; ni el punto de origen del cuerpo o su trayectoria desde algunas de las partes altas del edificio, hasta el salón de juegos. Nada era claro.
Comentario: Si bien las novelas de misterio o algunos ejemplos del género del cine noir son en parte de mis géneros favoritos, la angustia y las cuestionantes de este caso me dejaron una sensación no resuelta y eso, como cinéfilo, lo agradezco al ser ficción, y como ser humano lo detesto al estar apegado a una realidad. La situación en la que Allison, la esposa de Rey, debe enfrentar las interrogantes de la propia muerte de su marido, en conjunto con los sueños que no se pudieron lograr o que quedaron en el aire debe ser insoportable, e imaginarme en una situación parecida es impensable.
El caso permanece inconcluso según los forenses y cerrado acorde con las resoluciones policiales por la naturalidad de la muerte que indica un suicidio en su apariencia mas visible.
En conclusión: Por supuesto, la serie requiere discreción y respeto. Un material de esta naturaleza que aplica en lo real y que genera un discurso personal con el espectador de manera más directa por sus conexiones íntimas más estrechas crea una tensión que muy pocas películas logran en una duración de más de dos horas y estos capítulos lo hacen en menos de una. Lo impresionante es cómo un tratamiento o técnica cinematográfica, como lo es el documental en su más pura invención (como lo es la entrevista de perfiles y la dramatización de hechos), puede dotar al público de una atmósfera tan efectiva que lo logra angustiar, pero también colocarlo en una situación emocional vulnerable para cuestionarse sus propios lazos y motivos para tener conexiones emocionales con sus seres más queridos.
Esta situación constantemente te hace cuestionar si tú alguna vez harías algo como lo que se ve en alguno de los casos, porque al fin y al cabo esos protagonistas de la vida real llevaban una dinámica familiar como la podemos conocer cada día y, probablemente, ahí se encuentra el peligro emocional del show, el encontrarte o imaginarte en un caso tan oscuro donde no puedas encontrar una salida, donde el posible caso pueda ser cualquier cosa, incluso el asesinato o el suicidio.