Amor, no-amor, carne y poética mínima |Tres poemas de Massimo Rossi. Traducción: Ximena Salinas

Massimo Rossi nació en Venecia en 1956. Es periodista, experto en autógrafos y manuscritos antiguos. Ha publicado poesía, textos dramáticos, narrativa y diversos artículos.  También fungió como director editorial de la Libreria Chiara Co. Editrice.

Su obra poética editada comprende:

1992 Aritmie Metriche
1993 La mano sulla carne (antología de poesía erótica que comparte con otros tres poetas).
1998 Minima poetica ed altri versi

Muchos de sus poemas han sido incluidos en otras publicaciones, físicas y digitales. En su blog oficial pueden leerse algunos de ellos, incluyendo piezas inéditas.

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El género teatral es una de sus grandes pasiones. En 1999 ganó el primer lugar en el concurso de texto teatral a nivel nacional con Sottopalco y actualmente imparte talleres de poesía y teatro en l’Assessorato Politiche Sociali – Reds del Comune di Venezia.

Además, el veneciano ha traducido al ruso Serjei A. Esenin (1895-1925), un poeta cuya biografía, dice el mismo Rossi, puede brindar la oportunidad de obtener nuevas claves para lectura de su obra.  Estas traducciones están al alcance de un clic.

A continuación les presento la traducción de tres poemas de Rossi. Cabe mencionar que las ediciones a las que he tenido acceso han sido digitales: la de italian-poetry.org para el caso del primer poema; la del portal oficial del autor, para las dos primeras partes de la Minima poetica. Este punto, además de situar al poema en sus contexto de edición y, por tanto, de recepción, ha sido clave para mi proceso de traducción.

*Traduzione autorizzata dall’autore. Agradezco infinitamente el tiempo, la guía y la poesía de Massimo Rossi, así como la lectura de una bella fatta napoletana.

¡Yo no he amado nunca!
¡Yo-no-he-amado-nunca-a-nadie!

Desde los cirros del primer plano
descendí como un alma dañada
al sótano acompañado por un Virgilio en sotana
conocido en una tarde de agosto en la estación.
¿el infierno es el castigo justo para los injustos
(o premio) para el dulce no hacer nada?
¡Yo no he amado nunca!
¡Yo-no-he-amado-nunca-a-nadie!
pozos tus ojos negros. abismos.
precipicios. pero dones de fémina
premios que quisiera perpetuar en la carrera
del necio ocioso…
¿sabes o no que mi interés por ti está allí
bajo la copa bosquejada del vientre?
¿entre los senos entrevistos oblicuamente?
no es de amor de lo que hablo,
dejemos eso a los poetas,
sino de carne y pasión
de orgasmos repetidos
de calores animales y pieles sudadas
de fluidos resecos por las sábanas.
y no pido perdón por mi lujuria
sino espaldas robustas.

MINIMA POETICA 

Parte I 

¿Tú deberías no creer
a ninguna de mis palabras?
¿en realidad a ninguna?
escucha a estos truenos verdad
y pregunta: ¿amor, somos entonces poetas?
¡mi bello follaje rojo pensaría
que en ti vive poesía!
¡sí! y quisiera beberla toda del cáliz
forjado por cupido
y cincelado por eros
ya que el deseo de tenerte
no abandona al sentido de mi verso.
esto todavía debes entenderlo. ¡espera!
no cubras nuestra desnudez
deberás sentir el temblor
bárbaro que nace del rosado vientre
y en aquel mientras ella te parecerá
tormenta íntima brutal y corrupta.
la poesía penetra en nuestros cuerpos
en cada posible agujero o fisura
y alcanza los misterios de lo perenne
arrasa y purifica sin miedo
el alma. Rasga el velo
de un indefinible color donde se entretejen
en un abrazo antiguo como el mundo
pensamiento y acción.
¡pensamiento y acción!
y hacer el pensar y pensar el hacer
edificar ínclitas arquitecturas
altas catedrales paganas en versos.
mármoles ladrillos y mosaicos de sílabas
con el propósito de ofrecer un refugio
inviolable y sagrado
entre las líneas de un libro.
¿comienzas a entender
la importancia del canto?
¡dynamis eterna de la palabra!

para comprender todo
sobre la naturaleza de las cosas humanas
el secreto no está sólo en el verbo.
hay un sonido sordo sofocado
por los crecientes rumores
de engranajes y motores:
el perpetuo respiro de lo creado.
eso que da conciencia de la vida eterna
ya que nada verdaderamente
tiene un destino de muerte.
pero el hombre
aunque consciente de que nada muere
en el curso de su existencia
ve y siente la muerte
la invoca en la desesperación
la repudia en la alegría.
sólo si se unen
en una absoluta y triste armonía
el pensar y el hacer sostienen
aquella fuerza vital e interior
para aceptar la propia naturaleza
sin preguntarse por qué.
yo esto preciosa amiga no lo logro:
decirme por qué se me ocurre vivir.

Parte II

En el mar de las humanas incertidumbres
estoy navegando mecido por un aliento
hacia la tierra de los sentimientos
gobernados por el alma y por la razón.

me afano en una estéril
búsqueda del ritmo del verso cerrado
del verso libre del verso malcerrado
y beso y vuelvo a besar a montale
y de seguro me equivoco ¿entiendes? me equivoco
y equivocándome bostezo
porque me aburro a morir.
mejor sería regresar a hacer al amor
descubrir juntos cada arruga de nuestros cuerpos
o recorrer con los labios
las vías que conducen hacia tus acelerados suspiros.
releyéndome
en estas horas de fin de año
mientras alguien anticipa el inicio del nuevo
con cohetes y fuegos artificiales solitarios
la duda se ha hecho más fuerte
de si en este momento escribo poesía
o un zibaldone
con pocos ingredientes conocidos.
¡no estoy loco loco loco!
justo a tiempo
llego a la conclusión
viendo tu cuerpo desnudo
de que no me importa un carajo
si escribo poesía o prosa.
lo admito.
cerca de hace dos horas
me importaba y tanto
la forma la musicalidad
y la longitud del verso
pero ¿ahora?

Ahora que mis dedos teclean fonemas en la computadora fonemas que generan sílabas que generan palabras (y les vale madre el salto de línea), quiero dar a luz algo de lo indefinible puesto en el mundo sólo para discutir. ¿Piensas que sirve de algo mi opinión sobre si ésta que extiendo como paños al sol es Poesía? ¿Qué importancia puede tener para nosotros, para cualquiera de nosotros, estimarse poetas? La presunción en el arte no significa un defecto porque induce a una afirmación e infunde aparente seguridad. Pero créeme, el precio justo a pagar es exactamente el contrario: infinita incertidumbre, infinita fragilidad. No existe modo para esquivar el empeño. La madurez en Arte está en el convivir con la certeza de la duda en el mantener en equilibrio el mundo interior con aquel cotidiano. Cuidado, no puede ser nunca un equilibro estable: en cada instante es una obligación verificar los pesos del alma y la razón; moverlos continuamente de un polo al otro y tú eres el eje, el fulcro y la patrona de las fuerzas en juego. Las Artes ciertamente no son hijas o madres de la serenidad.

 

 

 

 

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