Hay viajes de los que, aunque se vuelva a casa, ya no se regresa. A veces no habías visto tanto verde en toda tu vida, o comiste el omelette más rico del mundo en un restaurancito de tres mesas o viviste Diario de una pasión en una piscina; a veces encuentras tu vocación y otras regresas decidido a dejar tu trabajo, tal vez subiste una montaña y te hallaste tan alto como hace mucho no lo habías estado, o reencontraste la vida en una tina de baño. En cualquiera de los casos, infinitos y al mismo tiempo cada uno particular, después de viajar no se vuelve siendo la misma persona.
De esto nos habla Pacífico Norte, el primer largometraje de Valetina Sachetti con el que nos invita a recorrer las carreteras del norte de nuestro país de la mano de sus protagonistas —casi tan literalmente de la mano como el cine nos lo puede permitir—.