En 1962, La chica que sabía demasiado fue la primera película del género giallo que dirigió Mario Bava. Después fue Darío Argento quien con Suspiria inmortalizaría el género. A finales de los años sesenta, un director americano llamado John Carpenter tropicalizó el género creado por Bava y por tanto nació el slasher de una manera más formalizada (aunque Psicosis de Alfred Hitchcock sea considerada la primera de todas).
Luego surgió una serie de películas como The Texas chainsaw massacre (1974) y Friday the 13th (1980). En México, mientras trato, teníamos una cinematografía muy pobre con películas como: El vampiro teporocho, Lola la trailera, Fiebre de amor y Coqueta. Pocas películas se rescatan como: Veneno para las hadas, Mariana, Mariana, Santa Sangre y Cementerio del terror.
Es esta última película de Rubén Galindo que da apertura al slasher mexicano en 1985 y representa nuestra respuesta nacional al género que nació en E.U. El emblemático Hugo Stiglitz es el Dr. Carven (¿Wes Craven?), quien luchará contra una diabólica entidad que trata de terminar con un grupo de adolescentes que invocaron al demonio por medio de un libro estilo necronomicón. Las referencias a La noche de los muertos vivientes y Evil dead son casi obligadas. El slasher ya había tomado una relevancia importante y México no se podía quedar atrás.