Para mis familias, las designadas y las escogidas.
Comienzo por escribir esto la noche antes del viaje. Saldremos temprano, nos hemos citado a las 6:40 y pensamos estar en San Luis capital por la tarde. Para quienes no conozcan las latitudes y longitudes de México, San Luis es la capital del estado homónimo, pero a éste se le agrega un apellido: Potosí, igual que la ciudad repleta de plata en Bolivia. La ciudad mexicana se encuentra a las puertas del bravo norte, y es sede administrativa de un estado donde colindan Aridoamérica y Mesoamérica de aquellos tiempos arcanos. Es decir, hay desierto, bosques secos, planicies y hacia el este, ése al que mis lecturas también me llevarán, pero a mayor kilometraje, se encuentran las selvas siempre húmedas que coronan la famosa Huasteca Potosina. Comienzo a escribir antes de cualquier viaje con la misma intención que Ariadna dejó su hilo en el laberinto, para dejar mi camino, para abonar una marca en mi arqueología escrituraria.