Diría Ellery Queen que el crudelísimo mundo moderno en que vivimos se muestra intolerante con los milagros. Ya no acaecen más milagros, a menos que sean milagros de estupidez o bien de avaricia nacional. Bien lo saben cuantos poseen un ápice de inteligencia.
Ellery Queen – Lámpara de Dios.
En el primer párrafo del aforismo «Gasolinera» de Calle de sentido único, Walter Benjamin escribe: “En estos momentos, la construcción de la vida se halla mucho más bajo el dominio de hechos que de convicciones”.
Resulta místico el augurio del filosofo alemán del siglo XX sobre la evidencia de nuestro tiempo. Y esta evidencia no se refiere a la forma en que se propaga la información, sino a la acogida de la mayoría al coincidir en gustos y opiniones. Tampoco se refiere a las pruebas científicas, sino aquellos hechos que enlazan con la estupidez y merecen el aplauso por la mayoría de habitantes de esta orbe.[1] La borregada gobierna sempiternamente. Nuestra era está dominada quizá por hechos que son consecuencia de la facilidad y la comodidad, productos estos de la especialización tecnológica.