Ilustración de Darío Cortizo
No, no es Van Gogh quien pinta esta noche estrellada.
Desde que te fuiste
Hay dolores que no caben completos en una taza de café.
Ni los relojes saben tanto de horas
como mis párpados hinchados.
Ilustración de Darío Cortizo
No, no es Van Gogh quien pinta esta noche estrellada.
Hay dolores que no caben completos en una taza de café.
Ni los relojes saben tanto de horas
como mis párpados hinchados.
De ámbares y rosas
la carne agónica del día.
Un pájaro toca la mejilla de la luna.
La Tierra —a pesar de su hemorragia—
bosteza de sueño.
No son suficientes los ángeles crucificados
para abatir el acíbar
por la boca y el pecho ausentes.
El istmo fue guerrilla, ejército, contraguerrilla, tierra arrasada, censura estatal y exilio.
Alexandra Ortiz Wallner
¡Canta, oh musa, la luz oscura que desdibuja la región!
Cuéntanos la historia
del eterno olvido,
cuya paz no ha traído más
que desgracias y desencanto
al istmo.
Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: ‘Cierren los ojos y recen’. Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia.
Eduardo Galeano
En esta tierra, yacen los espejos rotos
y las lágrimas
de mis antepasados,
crucificados bajo los escupitajos
de los hombres
de fe en Colón.
‘En Costa Rica no pasa nada
Carlos Cortés
desde el Big Bang’, me dijiste.
Dicen que eres la Suiza centroamericana,
cuya paz es tu segundo nombre
y resplandor.
Duele ver que has perdido tu color y valor,
al sonar las campanas al ritmo de las balas y la corrupción.
Existen días en los cuales soy todo menos paz,
jueves vallejos en los que me corroe aserrín
por las venas,
y mis yemas son aguaceros tristes.