Levitaba en la marea
Llegué a la tierra titánica, vasta
en hileras de majestuosos fenómenos,
como cuando las zarpas de los riscos,
oníricos, se efervescen en la piedra muerta.
Llegué a la tierra titánica, vasta
en hileras de majestuosos fenómenos,
como cuando las zarpas de los riscos,
oníricos, se efervescen en la piedra muerta.
Soy el cuerpo de tu cuerpo
el aire de tu aire
vas de mí como yo de ti
Imagen: Licaón transformado por Zeuz, grabado neerlandés atribuido a Hendrick Goltzius, 1589
Me gustaría que alguien
Otoniel Guevara
una tarde
—huyendo del mundo—
derribara la puerta de mi casa.
La puerta de mi casa
es un puerto
para todos los gritos.
Desde ella
la espera es un templo
construido por Licaón
profanado por el silencio.
Pintura: Muerte de Alfonso XII de Juan Antonio Benlliure
“Yo no quiero que al escuchar la tierra
Joaquín Prada
preguntes quiénes son los muertos”
Traigo
las flores que prometí
y no hay abeja capaz de extraer
cada lágrima con las que crie su pétalo,
no hay abeja capaz de fecundar
con este polen estéril otra rosa marchita.
Traigo mi peor sonrisa
cada diente es un soldado
cada mancha en ellos una familia
que en la incertidumbre de una guerra
no sabe dónde quedará el cadáver de los recuerdos.
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