Entre el tic y el tac
Entre el tic y el tac del reloj,
hay un silencio.
En él podrían caber todos los gritos,
en él podrían caber todas las penas,
todas las suplicas y todos los reproches.
Entre el tic y el tac del reloj,
hay un silencio.
En él podrían caber todos los gritos,
en él podrían caber todas las penas,
todas las suplicas y todos los reproches.