Ilustración de Darío Cortizo
No, no es Van Gogh quien pinta esta noche estrellada.
Desde que te fuiste
Hay dolores que no caben completos en una taza de café.
Ni los relojes saben tanto de horas
como mis párpados hinchados.
Ilustración de Darío Cortizo
No, no es Van Gogh quien pinta esta noche estrellada.
Hay dolores que no caben completos en una taza de café.
Ni los relojes saben tanto de horas
como mis párpados hinchados.
De ámbares y rosas
la carne agónica del día.
Un pájaro toca la mejilla de la luna.
La Tierra —a pesar de su hemorragia—
bosteza de sueño.
No son suficientes los ángeles crucificados
para abatir el acíbar
por la boca y el pecho ausentes.