El director Antonio Serrano dirigió, en 1999, una película mexicana que retrataba las relaciones humanas de hombres y mujeres en el inicio de sus treintas, con inseguridades, traumas, soledades, pero también una falta de propio descubrimiento en un contexto de transición milenaria. Las problemáticas, entre muchas otras, tenían que ver con los encuentros y desencuentros amorosos entre este grupo de amigos y vecinos agrupados en un mismo edificio. Aunque hoy en día todo parecería igual, todo ha cambiado…