En términos simplificados, el falocentrismo establece que el falo, como símbolo, es el centro de la construcción social, psíquica y organizacional humana. Con todas sus implicaciones, el falocentrismo es consecuencia de la concepción patriarcal que dicta la jerarquía del hombre en el mundo. Visto a la inversa, la ausencia de carácter dominante y violencia en un hombre atenta contra su supuesta superioridad “inmanente”: “Los hombres no pueden ser hombres, sólo eunucos, si no tienen el control”, afirma Susan Falaudi en su libro Stiffed: The Betrayal of the American Man. El falo simboliza esas posibilidades: opresión, poderío, yugo, supremacía. En su más reciente obra poética, Oscura punta (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de Nuevo León, 2023), Ethel Krauze (México, 1954) se suma a las discusiones en torno a estos temas: la dominación masculina, la violación, el falocentrismo y la opresión de las mujeres.