Abordó súbitamente mi vida, como quien aborda un autobús sin rumbo establecido a las dos de la mañana. Su alegre mirada expresaba sus ganas de vivir, pero su cansado cuerpo a gritos pedía terminar con aquel martirio.
Abordó súbitamente mi vida, como quien aborda un autobús sin rumbo establecido a las dos de la mañana. Su alegre mirada expresaba sus ganas de vivir, pero su cansado cuerpo a gritos pedía terminar con aquel martirio.