Japón es un país fascinante pero misterioso, por decir lo menos. A pesar de la internacionalización de su cultura en las últimas décadas, la mayoría de la gente conoce poco fuera de su gastronomía, el manga, el anime, Murakami y un poco de su cine.
Particularmente su poesía contemporánea es un terreno un tanto oscuro, ya que sus traducciones no abundan, en comparación a las antologías de haikus o poesía clásica, que son de relativo fácil acceso.