Ilustración de Aimeé Cervantes
Salí del hospital con mi niño en brazos. Me sentí orgullosa de mí misma. Solicité que no me sacaran en silla de ruedas, pero el camillero me dijo que era un protocolo forzoso. Me sentí aprovechada por usarla cuando podía caminar perfectamente. Nos subimos al auto y llegamos tres a casa.