Ilustración de Darío Cortizo
El drag ha pasado de ser un arte marginal a entretenimiento mainstream. Ahora es común ver en países como Estados Unidos tanto espectáculos para un público adulto como para familias e infancias: Drag Queens o Kings ya no sólo se presentan en bares y clubes nocturnos, también lo hacen en ambientes familiares, como restaurantes o parques e incluso bibliotecas para realizar actividades de lectura. Aunque parece tener cada vez mayor aceptación, el pasado primero de abril se aprobó una ley propuesta por el gobernador de Tennessee, en Estados Unidos, que prohíbe los actos protagonizados por estxs artistas en espacios públicos o privados donde haya menores de edad. Antes de ser promulgada, se cuestionó si estaba bien que las infancias y adolescencias estuvieran en contacto con una forma de esparcimiento supuestamente inapropiada.