Etiqueta: autores chilenos

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El pintor – Cuento de Miguel González Troncoso

A través de la ventana del dormitorio ubicado en el segundo piso, Bartolomé, de ocho años, miraba atentamente al hombre que caminaba en dirección a la casa llevando al hombro una escalera.

Cuando sonó el timbre salió de su habitación y bajó tímidamente a la cocina, donde su madre daba instrucciones al recién llegado.

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El joven limpiaparabrisas – Cuento de Miguel González

Cuando el semáforo de Avenida Santa Rosa con Avenida Matta encendió la luz de alto, los vehículos detuvieron su marcha. A esa hora, cerca de las siete, aún no amanecía del todo, la ciudad comenzaba a despertar y ya había personas que caminaban por las diversas calles, algunos dirigiéndose a sus trabajos, otros, intentando sobrevivir.

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El fragmento – Cuento de Miguel Enrique González Troncoso

Al término del conteo, el cohete despegó desde el Centro de Lanzamiento de Satélites, y elevándose hacia el cielo iba dejando una espesa estela de color blanco, semejante a las nubes. Mirando hacia lo alto, Matías, el niño del poblado cercano, su abuelo, y la gente reunida en las afueras del centro aplaudían y se abrazaban mientras el cohete se hacía cada vez más pequeño a la vista, hasta perderse finalmente en el espacio.

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Conversaciones – Minificciones de Jorge Etcheverry

Cavilación de trasplante 

Y entonces allí nos quedábamos sentados a veces por horas en una plaza cercana, poco concurrida, con poco más que un poco de pasto amarillento, un par de árboles, una fuentecilla y la estatuita gris verdosa de un prócer inidentificable, viendo cambiar la forma de las nubes, como esperando que ese cambio se nos contagiara a nosotros, a nuestras vidas de apátridas. Como si a la naturaleza le importaran un bledo nuestros padecimientos. A veces comentábamos el destino de algunos de la generación que nos había precedido, de aquellos que murieron torturados en la revolución abortada, que muchas veces abandonaron carreras profesionales y hogares tranquilos, bellas novias, la notabilidad en diversas artes, para embarcarse en ese proyecto utópico que también había fracasado y que en retrospectiva nos parecía todavía menos alcanzable. Pero en el horizonte no se dibujaba un destino semejante para nosotros, o era que habíamos perdido de antemano, o éramos los verdaderos perdedores, los que habían recibido la pérdida, habían crecido y se habían desarrollado en medio de la pérdida. Nos parece haber estado muchos días sumidos en estas cavilaciones por horas, ya sea en este departamento, o dando vueltas por el centro, o aquí en este mismo parque, siempre en estas discusiones, pero a lo mejor era que nos parecía, y fueron en realidad sólo unas cuantas veces, o unos pocos días.