Ilustración de Carlos Gaytan Tamayo
I
Los bloqueos lectores son especialmente graves para las personas que tienen interés en las letras. Provoca ansiedad el hecho de perderse de las últimas joyas editoriales de la literatura. La emergencia sanitaria que causa este incomprensible virus nos recluye en nuestros hogares y nos lanza a nuestra suerte ante un trabajo, unas clases o una muerte digital. Abruma pensar que en internet se pueden encontrar legal e ilegalmente algunos de los mejores libros que los hispanohablantes han escrito. No quiero —¿o no puedo?— leer.