La espadas toledanas —o las de los samurais— se caracterizan por su temple, esa combinación de dureza y flexibilidad que las hace únicas. La poesía de Carmen Nozal es precisa, afilada, corta con una lucidez amarga todo lo que toca. Y, sin embargo, es tierna, compasiva, empática. Dar vida a lo que los filólogos llamarían un oxímoron, es decir, una unión de contrarios, una mezcla imposible, es lo que ella, como un orfebre ancestral, logra con sus poemas.