A lo largo de su vida y carrera artística, Ai Weiwei se ha caracterizado por detentar una mirada crítica cuando de problemáticas de corte social, político e histórico se trata. Sus instalaciones, fotografías y documentales plantean temáticas relacionadas con los derechos humanos, el patrimonio cultural y la memoria social. En su exposición para el Museo de Arte Contemporáneo de México, con motivo del décimo aniversario del recinto, el artista chino ahonda en el papel de la memoria como un elemento imprescindible para la reconstrucción del tejido social. El caso de los 43 de Ayotzinapa, en México; y la destrucción del patrimonio chino después de la revolución, en el país natal del artista, dialogan en una muestra en la que lucha y resistencia trascienden latitudes.
Categoría: Artes visuales
Crítica sobre expresiones visuales de los siglos XX y XXI.
«Kusama Infinito»: una mirada a la vida y obra de Yayoi Kusama
Yayoi Kusama se ha convertido en una de las artistas japonesas más relevantes de nuestro tiempo. Su alucinadora y desafiante obra seduce al espectador. Su vida, tan insólita como sus piezas, resulta igualmente atractiva. La directora Heather Lenz nos adentra en ellas a través de su documental Kusama Infinito, que nos permite conocer la trayectoria de la artista desde el ámbito privado hasta la esfera pública, de la pintura al performance, del estudio a la calle.
Ser (y crear) es resistir: arte y orgullo LGBT+
La palabra orgullo posee, desde su raíz, una connotación que nada tiene que ver con el carácter arrogante al que también suele asociarse. Significa notable, insigne, excelente; de ahí que se relacione con un sentimiento de satisfacción, de amor propio y de autoestima. Celebrar el orgullo es entonces celebrarse a sí mismo, y este acto de autoafirmación es fundamental cuando se vive al margen de lo que las normas sociales dictan. Implica festejar en público lo que durante mucho tiempo tuvo que ser privado. Es, pues, un acto de resistencia.
Juan Rulfo: fotógrafo inmemorable
Cuando recordamos a Juan Rulfo, lo primero que viene a nuestra mente es su obra literaria. Su reducida pero maravillosa narrativa no sólo opacó la de sus homólogos en el campo de las letras, sino que eclipsó su propia labor en otros ámbitos artísticos.
Al ahondar en su fotografía, pareciera un fenómeno inevitable el vincularla con las escenas que sus libros relatan –tal vez por la necesidad imperante de visualizar los fantásticos mundos que erigió en el discurso–. A pesar de que el propio Rulfo insistió en que se trataban de dos disciplinas distintas e independientes en su vida, su fotografía se ha entendido como un medio óptimo para penetrar su universo literario. Así, fragmentos de Pedro Páramo, El llano en llamas y El gallo de oro solían establecerse como explicación de sus paisajes y retratos, acompañando, como pies de foto, sus imágenes en publicaciones y exposiciones. Sin embargo, la cámara llegó a las manos de Juan Rulfo mucho antes de que la pluma lo hiciera.
Poetizar la vida: la fotografía de Graciela Iturbide
Existe una conocida y maravillosa anécdota sobre los primeros acercamientos de Graciela Iturbide hacia la fotografía. Siendo apenas una niña, disfrutaba de observar y atesorar para sí las fotos que su padre les tomaba a ella y a su familia; hurgaba en el cajón del armario y miraba con fascinación aquellas que robaría para su colección. «Me castigaron varias veces. Yo creo que por eso soy fotógrafa, por rebeldía», dice con una sonrisa en la cara, en una entrevista para Canal 22. Más adelante, cuando cumpliera once años, le regalarían una cámara Kodak. Estos eventos permanecen en la mente de la artista como las primeras expresiones de su deseo de fotografiar el mundo, de inmortalizarlo con la lente.
«Roma» desde sus mujeres
Roma se ha convertido, al margen de sus virtudes, en un fenómeno cultural a través del cual hemos vislumbrado nuevas formas de mirar y hacer cine, de replantear la historia desde la otredad y de cuestionar nuestros paradigmas sociales. Yo, al hablar de Roma, no puedo evitar hablar de sus mujeres. Sé que mucho se ha dicho y escrito en torno al poderoso y controvertido personaje de Cleo, así como de su intérprete Yalitza Aparicio; mas la historia entera de la cinta se teje primordialmente a partir de personajes del género femenino, donde la presencia masculina es lejana, difusa.
#NiUnaMenos: Trazos subversivos por la justicia
El arte nos salva de la muerte en vida,
Sofía Weidner*
y del olvido durante la muerte.
La violencia contra las mujeres ha sido una constante a lo largo de la historia; sin embargo, no fue sino hasta el último siglo cuando la atención en los espacios privados y las prácticas cotidianas permitieron develar los mecanismos de poder a través de los cuales se ejerce dicha violencia. Bajo el lema «lo privado es político», sostenido por algunas teorías feministas, se han señalado de manera puntual los escenarios en que la violencia de género tiene lugar, elevándose al ámbito público un problema que se había mantenido en lo privado. Ello ha devenido en un cambio en la percepción de las transgresiones hacia la mujer. A inicios de la década de los noventa, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Banco Mundial y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP), declararon la violencia contra las mujeres como un problema de salud pública. Desde entonces, hemos despertado con mayor vigor ante las desigualdades y el abuso del que la mujer es objeto. No obstante, basta mirar el pasado y analizar desde una perspectiva de género la historia para denotar que el problema hunde sus raíces en una larga tradición de violencia hacia el género femenino.
Eréndira Derbez: Las resistencias se ilustran
Injusticias sociales, crímenes de Estado, la necesaria lucha a favor de la legalización del aborto e, incluso, sublimaciones de sentimientos personales con los que todas y todos podemos identificarnos, son algunos de los temas que Eréndira Derbez ha plasmado en la pantalla que suele utilizar como lienzo.