«Kusama Infinito»: una mirada a la vida y obra de Yayoi Kusama

Yayoi Kusama se ha convertido en una de las artistas japonesas más relevantes de nuestro tiempo. Su alucinadora y desafiante obra seduce al espectador. Su vida, tan insólita como sus piezas, resulta igualmente atractiva. La directora Heather Lenz nos adentra en ellas a través de su documental Kusama Infinito, que nos permite conocer la trayectoria de la artista desde el ámbito privado hasta la esfera pública, de la pintura al performance, del estudio a la calle.

Desde el punto de vista de alguien que crea, todo es un riesgo, un brinco hacia lo desconocido.

Yayoi Kusama

Cuando, en 2014, Obsesión infinita —la exposición retrospectiva en torno a la obra de la artista japonesa Yayoi Kusama— llegó al Museo Tamayo de México, recibió una asistencia récord por más de 330,000 personas, superando en 100 días los 170,000 visitantes que acoge de manera anual el recinto. El éxito del montaje volvía casi inmemorable que se trataba de una artista que, hasta hacía relativamente poco, se había encontrado marginada de la escena artística.

Yayoi Kusama, quien incursionó en el arte desde temprana edad, viajó desde su natal Japón hacia Nueva York en 1958, con el objetivo de hacerse de un nombre en el panorama artístico internacional. Entonces el arte de Kusama resultaba sumamente provocador, no sólo para los estándares artísticos, sino también para los códigos morales de la sociedad. Los happenings (una clase de performance) que realizaba incluían desnudos en lugares públicos y mensajes que criticaban al sistema político y artístico de la época. El atrevimiento de Kusama se veía agravado por provenir de una mujer que, además, era de origen asiático.

La obra de la artista pasó entonces por una serie de dificultades para insertarse en el gusto neoyorquino y, aún más, en el japonés. Constantemente rechazada, Kusama veía diluirse su deseo por convertirse en una artista reconocida, al tiempo que su salud mental también flaqueaba. Finalmente, tomó la decisión de internarse en un hospital psiquiátrico, en el que aún reside y desde donde continúa creando —hecho que, por cierto y contrario a lo esperado, ayudaría en la conformación de su identidad artística y posterior fama— .

Éstas son las vetas de la vida de la artista japonesa que más explora el documental. La obra de Kusama, como la de todo artista, no puede sino explicarse únicamente dentro del contexto en el que surge, desde las coyunturas de la vida y la época en que se inscriben. En este sentido, Kusama Infinito nos abre el panorama de la fascinante vida de la artista, cuyas obsesiones y adversidades —en medio de un ambiente histórico en el que grupos artísticos emergentes deseaban luchar contra la tradición, experimentar, desafiar, provocar— fueron sublimadas en una obra que, sin duda, cumplía su objetivo.

Heather Lenz ha manifestado que su interés por la obra de Kusama surgió durante un diplomado en Historia del Arte. La joven directora notó que la ausencia de las mujeres en los discursos históricos era producto de la creación premeditada de testimonios incompletos, parcialidades que omitían y rechazaban la labor de este sector de la población. En su deseo por revertir aquel fenómeno, Lenz rescata la vida y obra de Yayoi Kusama desde sus inicios, mirando sin filtros sus oscuridades, rememorando también sus destellos. Es así como llega hasta nuestras pantallas un documental que, de alguna manera, ayuda a resarcir y completar estos discursos fragmentados que tanta falta nos hacen.

Kusama Infinito se estrenará en cines seleccionados a partir del próximo 26 de julio. ¡Espérenlo!