Categoría: Oblivion

Música popular, análisis de canciones, y mucho más. Una amplia experiencia en la profundidad de los sonidos.

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¿Música infantil? Escuchando a Luis Pescetti

Si pensamos en “música para niños” seguramente  lo primero que se nos viene a la mente es aquella música que fomenta la educación infantil, que habla de temas positivos, con un ritmo juguetón y una letra cargada de buenos valores y alegría, porque justamente eso es lo que les gusta a los niños… ¿O no?

Luis Pescetti, el compositor, autor y especialista en divulgación cultural infantil, opina todo lo contrario.

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And I’m feeling good: La lucha de Nina

Una mujer en el escenario que se sienta al piano. Figura fuerte, cabello crespo, nariz gruesa, labios gruesos. Unas manos negras que decididamente se posan sobre el marfil del teclado. Una mirada fija, penetrante, que se pierde en la oscuridad del vacío. Una boca entreabierta en donde se esconde la rabia que se agazapa. Y luego, una voz profunda y desgarrada que rompe el silencio. Ella fue Nina Simone.

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Analizando el opening de «Game of Thrones»: Una aproximación a la écfrasis musical

La aclamada serie Game of Thrones no es solamente una de las emisiones más populares y taquilleras del momento, sino también una de las más premiadas por la crítica. Desde su primer temporada fue prontamente galardonada con dos premios Emmy. Uno de ellos, el de mejor opening, revela la maestría con la que está realizada esta breve secuencia, no sólo por la técnica empleada para diseñar la parte visual, sino por su música, que ya es todo un ícono para los fans de la serie.

El impacto que la música de la introducción ha tenido en el público puede deberse a que dentro de ella se esconden una gran cantidad de símbolos y alusiones que comienzan a narrar la historia de la serie incluso antes de iniciar el primer capítulo.

Para poder entender esta idea de narratividad dentro de la banda sonora, es necesario primero familiarizarnos con el concepto de écfrasis musical.

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Brevísimo manual del melómano aficionado (III)

En esta suerte de apéndice, epílogo, lista de consejos, decálogo sobrepoblado, usted podrá encontrar algunas consideraciones finales acerca de lo que subyace a un melómano, más allá de rituales y esquemas, formas y complejos.

Al final, esto no se trata más que de escuchar música en compañía de un variado conjunto de expresiones faciales que van del júbilo a la rabia, de la melancolía a la resignación. Su esencia sólo se forma por varios cientos de recomendaciones desinteresadas y por una interminable lista de música pendiente. Es el lugar en donde una persona, en la más exquisita intimidad, busca un refugio en donde recrear su silencio, en donde todo se reduce a un par de ojos que se cierran para privarse de ciertas imágenes y explorar otras, muchas veces más hondas y profundas.

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Brevísimo manual del melómano aficionado (II)

Si ha seguido nuestro consejo —en vez de optar por el consumo de opiáceos y demás fármacos que ayudan a sobrellevar la abstinencia— y ha decidido ejercer el vicio y entregarse a los brazos de la musa Euterpe,  es muy probable que ya empiece a sentirse familiarizado con los síntomas y necesidades que conlleva la melomanía. Seguramente ya ha conocido algunos de los tantos recintos culturales de su ciudad y puede que incluso se haya tomado una foto frente a alguna fachada famosa. También es probable que sus listas de reproducción favoritas hayan tenido nuevas adquisiciones y que ahora el tono de llamada de su teléfono celular sea el fragmento de alguna obertura francesa. Sin embargo, es posible que su necesidad aún no esté satisfecha y que todavía tenga inquietudes musicales que subsanar. Por ello, y con el afán de instigar su ávida curiosidad, a continuación se le ofrecen algunos fragmentos más de información oportuna capaces de introducirse en casi cualquier conversación cotidiana.

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Brevísimo manual del melómano aficionado (I)

Si en algún momento de su vida usted se ha dejado seducir por el sensual coqueteo de un saxofón, si al escuchar las notas finales de un violín ha experimentado sensación de debilidad acompañada de sudoración en las manos y erizamiento de la piel, si las escalas y arpegios del piano le provocan fuertes e incontenibles suspiros y si tiene un particular interés por los exóticos movimientos de muñeca que el director de orquesta realiza, me complace informarle que es muy probable que dentro de sí usted lleve el singular germen de la melomanía.

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Los hilos de La Manta

Una jarana, un bajo, una batería, un saxofón, una marimba y el más variopinto conjunto de percusiones conforman la amalgama instrumental que camina de la mano de una voz que en los desgarros del falsete pregona unos versos que entre palabra y palabra, entre letra y letra, dibujan imágenes que saben a tierras lejanas, a tiempos antiguos, a parajes olvidados, a amores perdidos.

Así se conforman los sonidos de La Manta, un grupo nacido en las manos de seis jóvenes que coincidieron en tierras veracruzanas para emprender el camino en busca de una nueva expresión musical que llevara dentro de sí todo un caleidoscopio que trasluciera los colores que brotan del suelo mexicano.

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Libertango: La revolución de Astor Piazzolla

El tango argentino es uno de esos géneros musicales que resultan inconfundibles a primer oído. Esto se debe no sólo a su particular sonoridad y ritmo, sino a que la música en sí misma lleva una intención, un estilo característico que la define más allá de todo aspecto formal. Melancolía desgarrada, dramatismo, abandono, estas son las imágenes de fondo que proyecta el tango y que, de una u otra forma, reflejan la realidad de los músicos porteños que lo gestaron.

El género como tal surgió a finales del siglo XIX en los barrios bajos de Buenos Aires como una mezcla de las payadas de los gauchos, los candombes de los esclavos y las milongas de los blancos. A pesar de que en su origen fue música pensada para tocarse en prostíbulos y cabarets, la fuerza y popularidad que adquirió hizo que en un par de décadas el tango se volviera el ritmo insigne de la gente rioplatense.

En esta época fue donde vivió Astor Pantaleón Piazzolla, un niño de ascendencia italiana nacido en 1921 en Mar del Plata.