En 1985, Alison Bechdel publicó una tira de su cómic Dykes to watch out for (Unas lesbianas de cuidado) llamada La norma. En esta, uno de los personajes afirma lo siguiente: solo ve una película si muestra al menos dos mujeres capaces de hablar entre ellas sobre algún tema que no sean los hombres.
Esta “norma” ha sido recuperada tras los años, hasta el punto de ganarse un nombre propio: el test de Bechdel. A día de hoy, es usado para determinar la importancia de los personajes femeninos en cualquier historia. Quizá su mérito radica en su aparente simplicidad. Son tantas las historias que no pasan la prueba que ha conseguido poner en cuestión el papel reservado a la mujer en la ficción.