Entre la pérdida y el placer: muestra poética de Luriel Lavista

Hoy tenemos para ustedes una muestra del trabajo poético de Luriel Lavista, poeta mexicano de los 90. Ilustración de portada por Cecilia Saucedo.

 

Un único tiempo

                                                          

                                                                               Para el Guitarrista

 

inesperado despertar

ante las bocanadas

se hunde poco a poco

se enreda al sediento humo,

en su microcosmos

la mente burla otra visión

revolcado en la mirada embrutecida

por el azote de su propia exhalación,

trata de diferenciar

entre las letanías de su alrededor

la doble combustión

que le trae su mano temblorosa,

sus ojos hundidos en el alcohol

constantemente terminan en la saliva

en la tierra floja que empuja su pie

en el deslizamiento de la cortina

retrocediendo hacia la mancha,

allá en el fondo de la puerta

avanza una voz

subsiste por no sé cuanto tiempo

en la debilidad de su atención

 

“ay de ti

que al entrar a lo despoblado

busques la posición más reducida

aquel suelo tan hondo

cuyo alcance sea una migaja,

no te pienses ni un momento quieto

sobre la desembocadura

que te da la unicidad

contente, solo espera

y ante todo resiste,

al menos una vez olvida todo cuanto tienes

párate en medio de la calle

y siéntete poseedor de vida”

 

en el ánimo de continuar

se pregunta como se debe vivir

en estos tiempos de esperada catástrofe,

pero en un hombre común

que solo se abastece de aproximaciones irreales

no parece tener una concepción relevante ante el deber

mas puede decir ahora mismo

que se impone la respiración

cortando esas largas olas

del mar abierto que es la borrachera

 

“que mas da el bramido del día o la noche

siempre hay un vaivén, un chingadazo

en el mero costado de la vida

la comodidad determina la ceguera,

en la sumisión de almas

esta la risa desesperada

de la inconsciencia”

 

la luz aquí es buena

poco a poco le llega un recuerdo

avienta el vaso de veladora

que deja de trasparentar calma

el cigarrillo se estampa en la pared

carcomida por ciertas figuras absurdas

manotea el aire viciado de las carcajadas

desde su boca arroja improperios

que nadie alcanza a contestar

porque se agota su paciencia,

y sale hacia el aire húmedo

avanza desde entrecortados pensamientos

que no podrá retomar

sus ojos parecen cerrarse

y en el baldío que esta enfrente del tugurio

cree ver ese bello jardín,

acariciando la hierba

se desploma

 

acaso es el cero de un bestia

y el infinito de un dios

del que hablaba Monsieur Teste

o solo es un ser

con una mente enferma

que en momentos luminosos

arranca de entre toda su miseria

un rasgo de aparente inmensidad;

vuelvo a pedir otro trago

del más barato licor

que aún puedo pagar

mientras el aire golpea la ceniza

que no he dejado caer

bebo tranquilamente

y me recargo en la pared

solo sigo esperando

a que termine de oscurecerse

allá afuera

 

Modus Vivendi

 

por indiferencia

por falta de juicio

por desconocer la desembocadura

de una manía ciega

(la propia mano del juego)

 

ya no digas nada

ante la realidad de tus viejos dones

ya no te consumas

sobre lo que alguien más recordó

 

apártate de las sentencias

suelen tener más que solo vil rabia

la modernidad es rigurosa

pero bestial ante los ojos primitivos

 

en algún momento, en este pequeño encuentro

habrá que recordar nuestros errores

quizás agradecer por aún tener algunos

y no negarlos absurdamente

 

no ser más que el público parloteando

no pavonearse de lo heredado

no disfrutar con la desdicha en otros ojos

 

parar con todo odio, es decir

parte de lo que engendra el corazón,

empeñarse en no olvidar la sencillez

con la que se descompone el día

 

en un remoto plano nuestros cuerpos secos

se acoplarán al paso de la infestada yerba

a otros montículos llegarán esos restos

y amaneceremos en una lluvia negra

 

quizás tengas la universalidad

de otra persona en una sola sonrisa

o seas una vieja costra incrustada

en los ojos de un enfermo mendigo

 

quizás estés perdida en una larga quietud

en donde tu adoración no seguirá más,

solo en una amarga noticia en la radio

exactamente a las 2 de la madrugada

 

quizás ya nadie más te reclame

y apenas por accidente bajo 45° etiquetados

se encuentre una imagen cuarteada y carcomida

en un inconcluso expediente amarillento

 

mientras tanto: querida mía

estoy más allá del camino

 

el ladrido de un perro ronco

me hace correr cuesta abajo

por encima de los restos de basura

esquivo los anuncios del camellón

 

veo en un poste de luz tu reflejo

inanimado se sostiene por unos segundos

trastabillo y doy un paso hacia atrás

diluida al final, explota la botella

 

un ruido a la mitad de la calle

que encubre todo menos mis vísceras

me hace remojar de nuevo el kleenex en mi mano

levanto una moneda de a 10 que pude haber tirado

 

escribo mi nombre en la guadaña

de una santa que siempre me encuentra,

las enredaderas de los pastizales me hacen caer

pero no me importa ya continuar

 

porque aún así interrumpidamente

seguiremos entre la pérdida y el placer

 

 

Destello

          A Alma

 

atravieso la resonante avenida a contraflujo
frente a esos cerros desgajados por la urbanidad
la inmediatez de diminutas  luces llegan a ser inabarcables
como los sorbos de la mañana que se agolpan en mis pasos
prendo un cigarrillo arriesgando mi equilibrio en una viga

 

ahora que  estoy fuera del lecho de la ciudad
no hago caso de las falsas concepciones que me trae la altura
ceremoniosamente escucho a Chet Baker
dejo que el polvo se acomode en mis ropas
me esparzo como puedo,
me consuelo

perdido en mis contemplativos deseos
que me hacen sumirme en una desconocida quietud
veo consternarse esta noche
encuentro mis juicios equivocados

 

su presencia me place igual a su evocación
(callada, dormida, pálida, tibia)
le he visto tomar el primer sitio,
afortunada por algo significante al olvido
su aliento es este humo de mi mano en soledad

no queda más que refugiarse en otra adoración suprema
renegar de la plenitud si no es conducida con saciedad
seguir con la angustiosa fabula sin destino
ejemplo claro de nuestra  brevedad,
que solo la carencia nos hace ver imágenes de esperanza
agotamiento de mirar hacia el mismo trayecto

 

pesa mucho desprenderse de esta hora
refulgente mascara que me trae de nuevo el extraño silencio

Luriel LavistaLuriel Lavista: (Edomex,1990) Lavacoches. Ha publicado en las revistas: Molino de Letras, Vómito de Letras, ERRR, Factum,  El Humo,  Círculo de Poesía, Revista Miseria, Otro Páramo, Literariedad, Nocturnario y Operación Marte. En los espacios de Digo.Palabra.txt,  La Rabia del Axolotl, Cronopio.MX, Nota Random, Tejiendo Versos, Kaja Negra y en Poesía Referencial. Poemas suyos han sido traducidos al inglés en The Ofi Press Magazine.

 

 

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