Miguel de Cervantes (Alcalá de Henares, 1547-Madrid, 1616) es una figura clave no sólo de la literatura en español, sino también de la universal. Mientras que “cultismo”, “conceptismo” o “mística” son términos indisociables de la poesía del Siglo de Oro español, el campo de la prosa le pertenece a este autor. Aunque en vida intentó ganarse un nombre como dramaturgo de la altura de Calderón de la Barca o Lope de Vega, ha pasado a la historia por El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, considerada la primera novela moderna, y por sus Novelas ejemplares. La Colección Relato Licenciado Vidriera (nombrada así en honor a una de estas obras), a cargo de la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), recupera la ejemplar Novela del casamiento engañoso (2022), con edición, introducción y notas de Elizabeth Treviño.
Novela del casamiento engañoso es la narración principal dentro de la cual se incluye una de las ejemplares más celebradas: El coloquio de los perros. Este recurso narrativo, el del relato enmarcado, no es poco habitual en la literatura; ejemplos notables de ello son Las mil y una noches, El Decamerón o incluso el propio Quijote. Quizás por eso este texto ha quedado a la sombra del Coloquio. Como dice Treviño en la introducción: “Acaso resulta posible hablar del Casamiento engañoso sin aludir al magistral Coloquio de los perros, una de las creaciones cervantinas más celebradas. La ecuación no opera a la inversa, no obstante”.
Ahora bien, reducir esta novela ejemplar a un mero pretexto para contar una historia sería despreciar el talento narrativo de Cervantes. En efecto, esta narración es la prueba humorística del autor, que le haría ganarse el apelativo de Príncipe de los Ingenios. Treviño nos recuerda que “merece la pena detenernos a valorar las dos obras en su individualidad, pues la Novela del casamiento engañoso es mucho más que un dilatado preámbulo del Coloquio”.
Tomemos la descripción que Cervantes hace al inicio del relato de su personaje principal, Campuzano, un soldado convaleciente de sífilis. Con ella, el autor complutense nos demuestra su agudeza y vis cómica:
Salía del hospital de la Resurrección, que está en Valladolid fuera de la puerta del Campo, un soldado que, por servirle su espada de báculo, y por la flaqueza de sus piernas y amarillez de su rostro, mostraba bien claro que, aunque no era el tiempo muy caluroso, debía de haber sudado en veinte días todo el humor que quizá granjeó en una hora.
Miguel de Cervantes Saavedra, Novela del casamiento engañoso, Colección Relato Licenciado Vidriera, UNAM, p. 3
El protagonista se encuentra a su amigo, el licenciado Peralta, y le narra su encuentro, cortejo y breve matrimonio con una mujer, doña Estefanía. A partir de ese momento, la narración pasa a primera persona, al más puro estilo de novelas picarescas, como El Lazarillo de Tormes.
La historia es sencilla: Campuzano conoce a doña Estefanía, una mujer que “no era hermosa en extremo, pero éralo de suerte que podía enamorar comunicada, porque tenía un tono de habla tan suave, que se entraba por los oídos en el alma”. Dicha voz remite al canto hechizante de las sirenas en la Odisea que atrae a los hombres a un peligro disfrazado de erotismo. Este paralelismo entre doña Estefanía y las sirenas homéricas nos puede dar pistas sobre el desenlace de Campuzano. A lo largo del relato, la mujer hace uso de su voz para convencer a Campuzano de que se case con ella. Esta labia le permite disculpar incluso su moral, que ella misma reconoce no es intachable.
Además, ella asegura saber “ser mayordomo en casa, moza en la cocina y señora en la sala” y poseer una vivienda. Podemos preguntarnos si para el protagonista es verdaderamente importante la reputación de la mujer o si más bien actúa por impulso, como bien le explica a su amigo: “No sabré decir si fue por amores”. Sea como fuere, él acepta, la pareja se casa y se mudan a la propiedad de Estefanía.
Sin embargo, pronto sale a relucir la verdad: un día aparece una mujer que, según Estefanía, es amiga suya y desea que le presten la hacienda por unos días. Pero Campuzano pronto descubre que aquella mujer no es sino la dueña de la casa y que Estefanía lo ha engañado para casarse con él. Entonces, decide buscar sus pertenencias y marcharse, pero enseguida se da cuenta de que su baúl está vacío. Allí llega el segundo engaño: el soldado fue precavido y no llevó consigo sus objetos de mayor valor.
La engañadora ha sido también engañada. Esto se corresponde con la visión del periodo de la picaresca en España: ya no hay personajes morales e inmorales, sino que todos son capaces de realizar actos reprochables. Si queremos encontrar una suerte de moraleja, ésta se halla en el destino de ambos protagonistas que, aunque exitosos en su farsa, han sido a su vez burlados.
Para más ironía, buen ejemplo del humor cervantino, aunque el engaño de Campuzano se pueda considerar menor que el de doña Estefanía, él sufre peores consecuencias. Mientras que ella se podrá desentenderse de las pertenencias de Campuzano y seguir adelante, él ha pasado una temporada desagradable en el hospital (pues le contagió la sífilis) y el recuerdo de la mujer pervivirá en su imaginación. En palabras del propio protagonista:
Pero el daño está, señor licenciado, en que ella se podrá deshacer de mis cadenas y yo no de la falsía de su término; y, en efecto, mal que me pese, es prenda mía. […] pero con todo eso, sin que la busque, la hallo siempre en la imaginación y adonde quiere que estoy tengo mi afrenta presente.
Miguel de Cervantes Saavedra, Novela del casamiento engañoso, Colección Relato Licenciado Vidriera, UNAM, p. 17
Esta explicación se enlaza con el principio del relato, en el que Campuzano le explica a su amigo sobre su estado de salud y anímico. Se cierra, así pues, el ciclo:
No sabré decir si fue por amores —respondió el alférez—, aunque sabré afirmar que fue por dolores, pues de mi casamiento, o cansamiento, saqué tantos en el cuerpo y en el alma que los del cuerpo, para entretenerlos, me cuestan cuarenta sudores y los del alma no hallo remedio para aliviarlos siquiera.
Miguel de Cervantes Saavedra, Novela del casamiento engañoso, Colección Relato Licenciado Vidriera, UNAM, p. 4
Con todo, no podemos hablar de un final propiamente dicho, sino más bien de un cierre en el sentido que ofrece Marco Kunz: es decir, las últimas líneas en sentido literal del texto, sin que haya necesariamente un desenlace. La historia del Casamiento no tiene conclusión, más bien se ve interrumpida para introducir El coloquio de los perros. Por lo tanto, tal y como apunta Treviño, difiere del resto de ejemplares al carecer de un final feliz, que en nuestra tradición corresponde al “… y vivieron felices y comieron perdices”.
En este sentido, la Novela del casamiento engañoso se acerca más al teatro del absurdo que a una ejemplar, tal como indica Treviño. Una prueba más, pues, del carácter singular y moderno de esta narración.
Celebremos la recuperación de este clásico por parte de Libros UNAM y disfrutemos de su singularidad como obra válida por sí misma. Novela del casamiento engañoso supone la excusa perfecta para introducirse en la obra de Cervantes o para redescubrirla.
Si te interesa leer esta pequeña y ejemplar joya, puedes consultar la tienda digital de Libros UNAM o visitar la red de librerías de la Universidad.