El nacimiento del lector se paga con la muerte del autor.
Roland Barthes
¿Qué esconde una obra detrás de sí? ¿Una novela puede esconder otra novela más allá de la ficción? Nada más literal y aplicable para Le mystère Henri Pick (2019), o El misterio del señor Pick (parte del 23° Tour de cine francés), que la cita de aquel semiólogo francés. La nueva crítica, según Roland Barthes, sólo consolida al autor, y en la película de Rémi Bezançon esto es más que evidente. La muerte de Henri Pick sólo devela un enigma que, al mismo tiempo, oculta una verdad o una mentira increíble para la crítica: la existencia del autor detrás de una novela maestra de la literatura.
Henri Pick ha escrito una obra maestra de la literatura, pues a poco tiempo de su publicación ya es un éxito en ventas. Sin embargo, su figura como autor trasciende la novela en sí: ¿cómo es posible que un pizzero sin nociones o interés alguno en la literatura haya escrito una obra de esa manufactura? El crítico literario Jean Michel Rouche (Fabrice Luchini) se dedicará a descifrar el enigmático misterio de Henri Pick, autor fallecido desde hace dos años antes de la publicación del libro.
Ya desde su nombre, El misterio del sr. Pick encierra una verdad que el público puede o no descubrir. El nombre del autor del manuscrito es más que una cuestión; representa, asimismo, la posibilidad de desarrollar un entramado de tintes enigmáticos, lo que en literatura se denominaría «novela de enigma». Aunque en la cinta no hay un crimen, sí existe un vacío que intentará solucionar el crítico literario Jean Michel Rouche.
Su personaje representa el aspecto detectivesco de la historia, el cual se compensa por su «Watson»: Joséphine Pick (Camille Cottin). Joséphine es un personaje sumamente interesante por dos aspectos: 1) su curiosidad por descubrir (o no) al verdadero autor de la obra a nombre de su padre, y 2) por su capacidad intuitiva y desafiante para Rouche. Ambos forman una mancuerna atractiva para la película, pues más allá de sus diferencias permanecen juntos para solucionar el enigma.
La problemática idea de la muerte del autor, no desde el punto de vista teórico sino desde el hecho en sí mismo, provoca una hipótesis obnubiladas por la perspectiva de cada personaje. Rouche se empecina en afirmar que Henri Pick no es el autor; Joséphine permanece más neutral ante el cuestionamiento y Daphné Despero (Alice Isaaz), descubridora y editora del libro, defiende por supuesto la credibilidad del autor-pizzero.
Las actuaciones son, en general, muy sobrias. Los tintes de comicidad se muestran de manera muy sutil y, en ocasiones, sin mucha brillantez. No es una película como Cyrano mon amour o Un amor a segunda vista que se basan prácticamente en el humor para desarrollar las tramas, sino que se desdobla desde la conexión entre los hechos para descifrar el gran misterio.
Definitivamente, en esta película se cumple la afirmación de Barthes, al decir que la crítica (representada por Jean Michel Rouche) da más relevancia al autor que a la obra en sí. Tan es de esta forma, que Rouche termina por perder más de lo que piensa por su obsesiva búsqueda. Sin embargo, ¿tiene razón o no?
El misterio del sr. Pick está en cartelera. Como parte del Tour de cine francés de este año, la cinta de Rémi Bezançon mantendrá atento a todo el público y creará, como todo buen enigma, potenciales detectives-críticos literarios en aquellos que asistan a ver la película.