Última página. Despedida

Ilustraciones de Darío Cortizo

Hoy, el consejo editorial hace pública la despedida de Primera Página. A cada persona, integrante, invitada o colaboradora de esta iniciativa, así como a ti, queridx lectorx, está dirigida esta carta editorial. Conformada por un mosaico de textos escritos por el consejo editorial, las siguientes líneas tienen el propósito de comunicar públicamente el cierre de labores y gestiones de nuestra revista, cuyo propósito ha sido, hasta hoy, difundir voces emergentes, creaciones diversas, pensamiento crítico y formación de talento editorial y gestor de proyectos culturales. Primera Página, son para ti estas despedidas:

Joshua Córdova (director editorial)

A lo largo de varios años, Primera Página ha dado voz a una larga nómina de personas interesadas en la cultura y las artes. No son menores los alcances y la visibilidad que la iniciativa ha tenido hasta hoy. A través de publicaciones, proyectos, presentaciones, exposiciones colectivas, ediciones y programas de formación, Primera Página ha detonado ideas, fomentado el pensamiento crítico, las manifestaciones artísticas y, sobre todo, las experiencias y los aprendizajes más gratos. “La letra con sangre entra”, menciona la sabiduría popular, además de una pintura de Goya. No es para menos. Después de tantos años, los avances de esta iniciativa se han gestado de la mano de trabajo arduo, dificultades, barreras, problemáticas, carencias y —¿por qué no decirlo?— errores. No podría ser de otra manera. Primera Página es un cúmulo de procesos que se ha arraigado y han germinado en las manos de quienes hemos colaborado y formado un proyecto que mutó con el paso de los años. Hoy, con tristeza pero también con un gran orgullo de todxs quienes colaboran internamente en el proyecto, nos queda despedirnos de ésta, nuestra casa de publicaciones. Primera Página deja el tintero de costado, aunque con la certeza de mantenerse indeterminadamente en la web para dejar una huella, aunque sea minúscula, de los esfuerzos creativos de todas las manos participantes que han construido, día con día, una muestra de nuestro periodismo cultural.

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Rodolfo Munguía (consejo editorial)

No más cuentos. No más poemas. No más reseñas. La literatura murió desde hace mucho, ¿apenas te das cuenta? Es el apocalipsis del discurso. La catástrofe del periodismo cultural. El cataclismo de las letras jóvenes. No es para tanto. Primera Página, en ti descubrí cómo acercarme a las historias, y luego, contigo, presencié el derrumbe de las tramas, lo limitada que está la ficción para acercarnos a los procesos que descolonizan el inconsciente. Y luego, me llevaste de la mano a descubrir que aún existe esperanza, que no hay material más político que el salvaje impulso creativo que resguardas, resguardabas, resguardarás. La ficción no está muerta. O sí. No importa. Si nosotrxs la asesinamos, como a Dios, entonces nosotrxs la reconstruiremos. Más críticxs, más abiertxs, más convencidxs, más madurxs, resignificadxs, sensibilizadxs. De eso sobra mucho en lo que archivas. Todo aquí son piezas en el rompecabezas. De las letras. De las visualidades. De las sonoridades. De la revolución. Todo aquí fue escrito para seguir vigente, atemporal. Un testimonio de lo que fue y seguirá siendo la creación para boomers, generación X, millennials y generación Z que coincidieron y se concentraron, a pesar de los diferentes contextos, para expresar, gritar, ser y dejar de ser. Te mantuviste como una alternativa independiente, de verdad independiente, hasta que tus cimientos no resistieron. No te preocupes. Aquí no hay un silencioso mausoleo. Aquí hay un epitafio que seguirá invitando al diálogo. “Abrid la tumba. Al fondo se ve el mar”, dice la lápida de Vicente Huidobro. 

Relájate, esto no va a doler.

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Martha Vidal-Guirao (consejo editorial)

El cierre de Primera Página coincide con el final de nuestros estudios universitarios, de la primera mitad de nuestra veintena, de la ilusión adolescente. Para ser justos, este proyecto debería ser mucho más que el sueño de unos estudiantes de letras. Debería poder sobrevivir nuestra incorporación al mercado laboral y mantenerse como el lugar de expresión artística, de reivindicación y de impulso para artistas emergentes que ha sido estos años.

Sabemos que esto no es por falta de intentos. Los correos electrónicos a instituciones culturales, editoriales e instancias diversas,, las candidaturas a becas o las reuniones de Zoom de más de tres horas son prueba de ello. A lo largo de estos años, hemos estado al pie del cañón para hacer crecer el proyecto. Teniendo en cuenta su evolución desde los inicios, no creo que se pueda decir que hemos fracasado. Ahora bien, sé que podríamos haber llegado mucho más lejos.

El final de Primera Página evidencia una verdad incómoda: la precariedad del sector cultural y la dificultad de sacar adelante proyectos en este ámbito. 

Dicen que si te dedicas a algo que te apasione no deberás trabajar ni un día de tu vida. La realidad en el sector cultural es algo distinta. El trabajo remunerado, no necesariamente relacionado con los estudios, permite dedicarnos a nuestra pasión en los ratos libres. Por desgracia, no siempre hay suficiente tiempo. Hace unos meses nos dimos cuenta de que los quehaceres del día a día estaban afectando a la revista. Había que hacer algo. Seguir en automático no era una opción.

Después de mucha deliberación, hemos tomado la decisión más coherente con el esfuerzo y trabajo de todos estos años. Esperamos que la huella de Primera Página perdure.

Gracias a todos los que nos han leído y apoyado durante este tiempo.

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Lino Maraver (consejo editorial)

Durante días rehuí a escribir estas palabras. El aturdimiento, la nostalgia y el recuerdo se me han atravesado entre la pluma y la hoja en blanco. Qué difícil escribir una despedida que mezcla orgullo con frustración, añoranza con rabia, ilusión con melancolía. Qué difícil cerrar seis años de buscar(se), de perder(se), de encontrar(se). Qué difícil trazo el del punto final que nunca refleja los pasos andados, las ilusiones quebradas, las palabras escritas. Qué difícil la partida. Qué difícil la nostalgia y sus adioses.

Hoy toca arrastrar la pluma hacia el borde de la página, hacia un sitio que siempre se sintió lejano, distante, pero que hoy se ha vuelto implacable, certero: el andar de Primera Página termina aquí.

No más cuentos, poemas, columnas, talleres ni exposiciones, no más mañanas en ruedas de prensa ni entrevistas en medio de una cafetería. No más convocatorias ni postulaciones. No más juntas de trabajo, ni coordinar husos horarios, ni fechas del calendario. No más proyectos entre cervezas ni más palabras de aliento en medio de la incertidumbre. Despedirse esconde ese acto de desprenderse, desasir, desarticular, disolver. Pero qué difícil soltar amarras, soltar estas cuerdas entretejidas con decenas de columnistas, con cientos de colaboradores, con miles de propuestas, con los cientos de miles de lectores. Este soltar es volver consciente el acto de desistir como las más genuina muestra de cariño hacia un lugar que se volvió trinchera, línea de fuego, refugio, hogar, la posibilidad de una hoja en blanco, la capacidad de resignificar todos los vacíos.

Dentro de ese espacio, sólo queda la certeza del filo, el peso, la resonancia de cada palabra escrita. También queda aquí, desprendido, un pedazo de mí.


Ilustrador: Darío Cortizo Morelia (Michoacán, México, 1999). Estudió la licenciatura en Arte y Diseño en la Universidad Nacional Autónoma de México. Desde 2020 ha trabajado como ilustrador y caricaturista en revistas literarias. Sus principales temas de interés son el absurdo y el subjetivismo. Puedes seguir su trabajo en Instagram y Twitter.