La reproducción prohibida (1937), de René Magritte
(Des)conocimiento
Cuántas miradas
ella atrae
tan linda
tan emocionante
tan intensa
tan singular
Es
todavía así
un plural de gritos silenciosos
de antítesis
de soledad
de desconocimiento
cuántas miradas
atrae
pero no queda ninguna.
*
Reflejos
Somos reflejos viviendo en espejos
narcisistas inexorables
prisioneros de nuestra imagen
de ese disfraz.
El espejo es un disfraz
el espejo de cristal frío
el espejo vivo
de la mirada del otro.
Como si dejáramos
en algún momento
un pedazo de nosotros
encarcelados
en un espejo vivo.
Nos proyectamos buscando
ni siquiera se sabe qué
una búsqueda sin fin
en sueños
en silencios prolongados
en el espejo de cristal.
Lo que se queda en los espejos vivientes
son vicisitudes del ego
que al mirarte a ti mismo,
no sin incomodidad o extrañeza,
realiza el claustro.
Y paradójicamente,
apunta a la necesidad de libertad,
inherente a la sensación de aprisionamiento.
En un desapego de sí mismo
Intuyendo la disolución de los suyos
espejismos.
*
Verdes
Era una mujer de ojos verdes.
Claros. Como un mar tranquilo y distante.
En un tono desconcertante.
De aquellos que no pueden ser observados durante mucho tiempo,
porque corres el riesgo de perderte allí.
Ojos que han llorado bastante.
Que se hunden en el amanecer,
cuando está sola con sus heridas.
Y con todo lo que extrañas.
Verdes. Como un fuego que arde en la noche.
Un fuego vivo que consume el mal
que pasó y trató de hacer refugio.
De esa mirada, ella renace.
Cada vez. Una después de la otra.
Es un color de verde que tiene
voluntad de vida.
Que intimida, alienta,
te calma y te hace sentir
a través de ellos.
Verdes. De esos que no se olvidan.
*
Luna
una bruja de blanco en el cielo. ella llama. ven niña, madre, mujer. ven descalzo. viene desnuda. abre el alma. calma la mente. ven serena. acepta a las que vinieron antes que tú. acepta tu viaje. siente esa energía que se apodera de tu ser. es tu conexión conmigo. con el todo. somos ciclos. menguar y transformar. con el velo negro en el cielo, retírate y observa. crecer y hacer. y cerrar el ciclo, llena de ti. hija de la luna, no olvides que tus fases te completan. no olvides tu añoranza por lo salvaje. ni la sombra que aún aúlla en ti.
Autora: Marcela Wengerkiewicz (Brasil, 1987). Licenciada en Letras por la Universidade Estadual do Paraná y admiradora de la literatura. Debido a su formación académica, tuvo contacto con el universo de la lectura y la escritura, lo que le permitió trabajar como mentora de escritura creativa, editora de textos y redactora de contenidos para medios digitales. Ha publicado dos libros, uno de poesía (Todos los versos en mí) y otro infantil (Carol, Carolina y la añoranza que no pasa). Asimismo, es autora de crónicas, cuentos y poemas.