“Acabo de recibir los resultados de mi tomografía: tengo un tumor en el cerebro”. De esta manera, transparente, implacable, sincera, nos recibe Mónica Mateos (México, 1967) en las primeras líneas de Mariposa Negra (2022). Esta obra cronística, presentada por la Editorial Universitaria de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), nos hace partícipes del viaje de su autora por cada una de las oficinas hospitalarias, salas de espera, consultorios y sesiones de radiación que dan cuenta del día a día de los pacientes del sistema de salud mexicano.
En este libro la reportera y artista visual capitalina narra desde la óptica de un primerísimo primer plano su experiencia como paciente diagnosticada con un tumor cerebral. Las páginas de esta crónica discurren desde el momento inicial en el que, en la Ciudad de México, una tomografía comprueba el temido diagnóstico, hasta el día de la última radiación de la autora en el Centro Médico Nacional de Occidente, en Guadalajara.
Desde las ventajas que ofrece la primera persona, a partir de su cercanía con los acontecimientos y la posibilidad de transmitir sin intermediarios, Mateos nos muestra con total sinceridad cada una de las partes de su proceso de tratamiento. Negando cualquier tabú o prejuicio, decide enunciar por su nombre cada diagnóstico, procedimiento, emoción y experiencia que le da forma a su realidad. Así, la franqueza se vuelve el eje central del relato en el que está plasmada la duda, el dolor, la tristeza, la resiliencia, la esperanza, cada uno de los estadios que implica convivir con un “intruso” que amenaza la vida de forma incierta.
Las historias que convergen aquí muestran una cotidianidad alterada por ese cuerpo extraño que, sin una causa clara, conquista y toma control del flujo ordinario de la vida de su anfitrión. Esta pugna entre lo propio y lo ajeno fuerza a cada uno de los pacientes a mutar su realidad en busca del tratamiento adecuado que comúnmente implica viajar lejos de su hogar, de su familia y de su contexto, con las repercusiones que esto representa en el ámbito práctico, económico, emocional, afectivo.
Gracias a esta intersección de perspectivas, Mariposa Negra adquiere una doble dimensión que la vuelve una crónica a la vez tajante y cálida. Por un lado, tenemos una incisiva mirada periodística que recopila, cuestiona y observa con dureza cada uno de los recovecos del precario sistema de salud en México; por otro, tenemos una mirada sumamente humana que enuncia desde la proximidad, la sensibilidad y la empatía para reflejar las emociones y las personas entretejidas en la historia.
De esta manera, tenemos una crónica relatada desde dos miradas: la de la reportera con más de veinticinco años de experiencia y la de una paciente más en la interminable fila de espera del sistema de salud mexicano.
Mónica Mateos, Mariposa Negra, UANL, p. 11
En México, mi país, por cada millón de habitantes, alrededor de cinco mil personas tenemos un tumor cerebral, y al parecer la cifra va en aumento, dicen los médicos.
Por ello, uno de los rasgos más destacables dentro de este libro es su carácter eminentemente testimonial. A través de la experiencia propia y de cada uno de los testimonios recopilados, la autora logra plasmar lo que en términos de Miguel de Unamuno podríamos nombrar como la intrahistoria. Dicho en otras palabras, al retratar los relatos personales desde sus rasgos individuales y únicos, la historia cobra una dimensión más íntima, sensible y humana que refleja matices que se escaparían a las grandes noticias en los periódicos y a las estadísticas oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Aunado a esto, Mónica Mateos da cuenta no sólo de una clara intención literaria sino de un lirismo innato, una vocación poética desde la que, además de narrar acontecimientos, retrata ambientes, sensaciones, sentimientos. Cada página imprime una estética muy bien lograda que interna al lector en las más diversas atmósferas. De esta manera, la obra retoma el principio del género cronístico para fundir la labor periodística con una expresividad propia de la literatura.
Huecos claroscuros serpentean en silencio, dibujan una mariposa negra que abre y cierra sus alas. El cerebro es una caverna donde se refugian todas las respuestas, pero también todos los misterios. El lugar donde nace el faro que guía a cada persona, del infinito hacia la nada, relleno de sustancias viscosas, manchas blancas, porosas, milimétricas semillas cargadas de recuerdos y olvidos. Toda la vida se refugia dentro de nuestros cráneos, cascarones ovalados de paredes gruesas, infranqueables y, a la vez, con la fragilidad de una crisálida.
Mónica Mateos, Mariposa Negra, UANL, p. 73
A lo largo de todo el libro, la peregrinación entre clínicas y hospitales se vuelve un conducto que le permite a la autora reflejar muchas de las problemáticas de un sistema sanitario dominado por la burocracia, las malas prácticas, la ineficiencia, la negligencia médica, la corrupción. Con rabia nos enfrentamos a una realidad desalentadora en la que la salud pública cuenta con salas VIP, incongruencias en los inventarios y en la que lo menos sorprendente es la procedencia de ciertos aparatos médicos financiados por el narcotráfico.
Pero todo este panorama finalmente se contrasta con los múltiples y reconfortantes atisbos de luz en donde la autora busca situar aquellas figuras que contradicen una estructura decadente. Los episodios en los hospitales permiten orientar la mirada hacia los médicos que realizan su trabajo con sensibilidad, entrega y pasión, a las enfermeras entusiastas que, pese a la exigencia de un sistema colapsado, intentan dar la mejor atención posible a cada persona que llega al hospital; pero, sobre todo, este libro retrata las historias de los pacientes que se hermanan desde el dolor, el desconcierto, el temor, aunque también desde la esperanza, la empatía y el implacable deseo de seguir viviendo.
Matar a la muerte es posible, ¡claro que es posible! El doctor N lo sabe, y se lo repite siempre que mira y mira las tomografías de sus pacientes para encontrar el punto débil del mal y combatirlo. Busca una pista, mide al enemigo, toma notas, acerca y aleja la serie de imágenes que escudriñan el interior del cráneo.
Mónica Mateos, Mariposa Negra, UANL, p. 74
De esta manera, Mariposa Negra ofrece una ventana desde donde asomarse a la idea de que la vida puede imponerse a toda costa. Mediante el más amplio contraste, el libro adopta una postura tan realista como esperanzadora. Aquí se reúnen historias de gente que termina por recuperarse contra todo pronóstico, pese a los diagnósticos equivocados y a la sentencia de “paciente desahuciado”, gente que sigue en tratamiento indefinido durante décadas, gente que sólo necesita una terapia para sanarse. Cada testimonio refleja una batalla que parece librarse hacia dentro de uno mismo tras la idea de vencer a la muerte.
En resonancia con esto, la crónica permite entrever la postura ética de su autora, desde la que entiende la importancia de eliminar el estigma de la palabra “tumor” y desmitificar su sinónimo de fatalidad. Ella misma propone desarticular el tabú para sustituirlo con aprendizaje y comprensión desde la empatía y la sensibilidad. Por ello, esta crónica e investigación periodística incluye por igual entrevistas, testimonios, diagnósticos, explicación de procesos médicos, historias personales y una amplia apertura por ofrecer todo esto al lector desde la mirada más clara y transparente.
Tal y como revelan cada una de las historias contenidas en esta crónica, detrás de cada cifra y de cada parte médico, existe un trasfondo más real y humano que debemos concientizar para entender la magnitud que implican los aciertos y errores del sistema de salud pública mexicana. Mariposa negra es un libro que revela la multiplicidad de dimensiones que conforman un problema tan contrastante en el que pueden convivir el dolor y la esperanza a partes iguales.
Mariposa Negra se encuentra disponible en la tienda de la Editorial UANL, donde puedes adquirir tu ejemplar y conocer cada una de las historias que se entretejen en esta crónica.