Editorial Fauna Nociva y el cómic alternativo mexicano

Fue en el 2017 cuando nos reunimos en casa de uno de los integrantes del equipo, y decidimos cómo funcionaría el proyecto, así como cuáles eran las acciones por seguir. Ya habíamos hablado previamente de lo que podríamos hacer. Cada uno tuvo algunas revelaciones del porqué debíamos realizar una editorial especializada en cómics, pues para nosotros era casi una obligación

Por un lado, Marco Caballero había dedicado sus años de estadía en otro país a hacer cómics con la esperanza de publicarlos en México, ya fuera por su propia mano o a través de una editorial. Por otro, Adriana Cassiano había estudiado la maestría en Diseño Editorial e Ilustración, lo cual le había generado un interés muy particular por hacer edición de libros; sin embargo, no tenía experiencia laboral en el campo. Por último, Rubén Romero estaba buscando una forma de poder aplicar sus conocimientos artísticos y sus intereses para generar un patrimonio para sí mismo.

Estos fueron los primeros impulsos creadores, pero casi inmediatamente nos dimos cuenta de lo mucho que se podía hacer desde esa trinchera, y que algunas cosas que habíamos tomado por sentadas, como generar públicos más amplios, tomarían más tiempo. Los tres contábamos con una formación artística y sentíamos que el traje de ser artista no nos quedaba bien. Así, buscábamos algo que no sólo nos satisficiera en el sentido creativo, sino también nos diera un propósito para encontrar el rumbo que queríamos.

Editorial Fauna Nociva ya es comprensible desde el contexto en el que nos encontrábamos en el momento de su nacimiento. Desde hace unos años, en México y América Latina se ha dado un boom por los cómics. Editoriales grandes y chicas, además de ferias del libro importantes, ahora dedican espacios a las novelas gráficas, se da espacio a ilustradores reconocidos y se exhiben cómics extranjeros. Hemos superado, en parte, la idea de que los cómics son solamente Marvel y DC. Los públicos que consumen literatura han abierto sus bolsillos a producciones y contenidos distintos. Ahora sabemos más de lo que se hacía en América Latina en los 70, o en Estados Unidos y Canadá durante los 80.

Con este estallido, también comenzó a notarse cada vez más la gran cantidad de creadores de cómics que hay. Y no sólo eso, por todos lados surgen cursos, diplomados, maestrías y carreras que se enfocan en la narrativa gráfica, clases que se llenan, o incluso son impartidas por artistas emergentes que han encontrado su voz en las viñetas secuenciadas para crear contenidos. Pero ¿de qué forma estos contenidos encuentran una salida comercial y no comercial? ¿De qué forma las creaciones artísticas pueden llegar a su público?

Como artistas y creadores de cómics e ilustraciones, podemos entretenernos todo lo que queramos en la idea de que una gran editorial nos publicará o nos va a descubrir, pero en realidad esa no es una constante y los espacios en anaqueles están reservados, en su mayoría, para grandes nombres o números de seguidores en redes sociales. Pero no sólo eso; los concursos están abarrotados y exigen de los jóvenes una cantidad inmensa de trabajo por una obra inédita. Además, muchas veces no hay espacio para la experimentación gráfica o narrativa, y son los contenidos menos transgresores los que encuentran un espacio.

Los artistas han hallado en las redes y las plataformas digitales aliados muy fuertes para compartir sus contenidos, e incluso venderlos y generar lectores para sus trabajos. Los que más se aventuran pasan de lo digital a lo material, al autopublicar su trabajo y al utilizar medios como la fotocopia u la impresión digital, el offset, la risografía, el grabado y la serigrafía. Hay una forma de reproducción para cada bolsillo y lo mismo aplica con las plataformas para exponerlos y venderlos. Existen ferias en las que por $50 puedes poner tus obras por un día, u otras en las que por $12,000 puedes codear tu trabajo con pequeñas editoriales independientes de arte por tres días.

Autopublicación es un término que resuena en los oídos de los creadores; no obstante, para muchos es difícil comprender completamente la idea y ver todas sus posibilidades. La autopublicación puede ser un producto tan comercial como cualquier otro; el punto es encontrar tu público y tu plataforma.

Éste fue el panorama al que nos enfrentamos al momento de comenzar nuestro emprendimiento. Tratamos de comprender el escenario en el que nos íbamos a desenvolver y aún seguimos haciéndolo; también, entender de qué manera éste no se convirtiera en un proyecto pasajero; es decir, que sea sustentable para la editorial y para nosotros.

Al enfrentarnos a la realidad nos dimos cuenta de que no sólo buscábamos realizar nuestros deseos personales, sino también los deseos de los creadores de nuestra comunidad. La autopublicación se ha convertido en un proyecto independiente que, a su manera, le ha brindado a los demás una plataforma para su trabajo. En ese camino, queremos encontrar la forma más equitativa y que mejor aporte un servicio a los creadores. Queremos que los artistas emergentes e independientes sean siempre los protagonistas de nuestro trabajo.

La fauna nociva es aquella que bajo las condiciones correctas se reproduce para convertirse en una plaga; sin embargo, según la biología, no existe tal cosa, ya que todas las especies son necesarias para el correcto funcionamiento de un entorno. Es así como nos definimos.

Comic cortesía de Editorial Fauna Nociva

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Integrantes: Rubén Romero (Ciudad de México, 1988). Es licenciado en Artes Plásticas por la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado «La Esmeralda», se ha desempeño como artista plástico, curador y más recientemente como editor.

Marco Caballero (Ciudad de México, 1989). Desde temprana edad mostró virtuosismo para desvelarse, mentir patológicamente y resignarse a la precariedad económica. Por eso se dedica a los cómics.

Adriana Cassiano (Ciudad de México, 1986). Estudió pintura en la carrera, pero pronto descubrió que lo que le gustaba eran los cómics, la ilustración y el diseño editorial, temáticas en las que profundizó en la maestría y a través de distintos cursos. Junto con dos socios, inició la editorial Fauna Nociva, especializada en cómic alternativo mexicano.