¿Qué historia te vas a contar?: Cuarón y Del Toro conversarán sobre cine y narrativa

Los cineastas son los héroes del siglo XXI. Esa, por lo menos, es la percepción de quienes nos entregamos con fervor a este arte. Un director de cine es un observador crítico del mundo; a través de su obra, el cineasta siente, expresa, denuncia y visibiliza… Todo eso pensaba yo mientras, cabizbajo, miraba con recelo la carta de rechazo del CUEC. Así es: hace unos años me convertí en uno más del amplísimo grupo de estudiantes que intentaron sin éxito conseguir un lugar en la Licenciatura en Cinematografía de la UNAM.

Por mucho tiempo, me pregunté cuántas historias hubieran emanado de mi pluma si hubiera logrado aprobar el examen. ¿Valdrían la pena? Es claro que este tropiezo me hizo perder la fe en la narrativa. Por años me encerré en la lectura de monografías y textos de no-ficción. Sin embargo, frente a un escenario cada vez más agitado e incierto, me doy cuenta de la necesidad de volver a contar historias. Sí, incluso para quienes no nos dedicamos al cine, este compromiso es latente. Tal es el tema que los aclamados cineastas mexicanos Alfonso Cuarón y Guillermo Del Toro abordarán en el conversatorio Monstruos y silencios: narrativas para un siglo turbulento.

Incentivados por el Grupo Solidario Ubuntu A. C., organización jalisciense dirigida al fortalecimiento de sectores sociales por medio de talleres e intervenciones grupales, Del Toro y Cuarón reflexionarán sobre su quehacer fílmico y cómo éste manifiesta la realidad social del país. Este conversatorio, que estaba planeado para llevarse a cabo en el Auditorio Telmex de Zapopan, Jalisco, fue reestructurado y adaptado a la modalidad en línea debido a la pandemia.

Alfonso Cuarón (arriba) y Dr. Gabriel Vallejo Z (abajo), director de Grupo Solidario Ubuntu, durante conferencia de prensa.

Alfonso Cuarón espera que el contenido de este diálogo sirva de inspiración para los artistas y cineastas noveles, quienes serán los nuevos rostros del cine nacional en un futuro no muy lejano. “La comunidad del cine es muy solidaria con las generaciones más jóvenes que comienzan a hacer cine. En realidad, nosotros nos nutrimos de las nuevas generaciones: yo me voy a hacer mejor cineasta en cuanto éstas me proporcionen mejores películas de las que yo pueda aprender”, comentó durante conferencia de prensa.

El acceso a la producción cinematográfica ya no es exclusivo de ciertos personajes ni de sectores altamente elitistas —ni de los egresados de un colegio, claro está—. Hasta el teléfono inteligente más económico nos permite realizar filmaciones de calidad aceptable y las redes sociales se han convertido en un medio bastante accesible de distribución. Festivales como SmartFilms celebran esta nueva forma de dirigir cortometrajes, donde la complejidad del equipamiento técnico pasa a segundo plano y el protagonismo regresa a la creatividad e innovación. La puerta se abre cada vez más para que una numerosa generación de nuevos cineastas tome la bandera del cine nacional donde Cuarón, Del Toro y sus coetáneos la dejaron.

Sin embargo, el director de Y tu mamá también (2001) aclaró que el diálogo con Del Toro sobre la producción cinematográfica es apenas un pretexto para ahondar en cuestiones más universales como la creatividad y la responsabilidad social: “Hablamos del proceso creativo y sobre la diferencia entre el proceso de Guillermo y el mío. […] Es una experiencia que puede ser positiva para los nuevos cineastas, pero también puede ser importante para no-cineastas y no-artistas. Lo que equiparamos mucho es el proceso de la creación: como seres humanos estamos creando todo el tiempo, seamos o no seamos artistas. En el momento en que tomamos decisiones también estamos creando las consecuencias de esas decisiones”.


En efecto, nunca dejamos de crear, pero tampoco dejamos de contar historias. Las redes sociales, como Twitter o TikTok, han favorecido la proliferación de pequeñas narrativas que, en su forma última, son una ventana hacia nuestros intereses e inquietudes como generación. Las historias, en realidad, forman parte de nuestra vida cotidiana: nuestras conversaciones, debates e incluso nuestros pensamientos son otra forma de narración que nos contamos a nosotros mismos día con día.

Frente a un mundo en crisis, donde las instituciones se tambalean y las alertas por la emergencia sanitaria se mantienen encendidas, es necesario repensar nuestras narrativas. Aquellos que formarán la nueva generación de cineastas mexicanos son responsables de decidir cuál será su rol como creadores en un contexto nacional que exige alzar la voz contra la violencia y la corrupción. A quienes disponemos del acceso a los medios de comunicación y las redes sociales, nos toca pensar cómo fortaleceremos nuestras comunidades por medio de mensajes de esperanza y acción. Finalmente, a todas y todos por igual, se nos extiende la invitación de reflexionar en torno a la historia que nos narramos día con día: ¿Qué estamos haciendo para que nuestra vida merezca ser vivida?

Han pasado varios años desde aquel intento fallido por colarme en las filas de la escuela de Cine. Sin embargo, tiempo después, me he dado cuenta de que tal episodio no me ha impedido contar historias ni persuadir al lector a la reflexión y al diálogo. Escribir hoy estas líneas es el mejor ejemplo de ello. La invitación a repensar las narrativas que contamos al mundo y a nosotros mismos se mantendrá abierta para todas y todos. Qué mejor si lo hacemos de la mano de dos cineastas que ya recorrieron el camino.

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Monstruos y silencios: narrativas para un siglo turbulento se llevará a cabo el viernes 13 de noviembre a las 21 horas, con una segunda fecha el 15 de noviembre a las 16 horas. El costo del acceso es de $281.00. Boletos disponibles en eticket. Más información en el sitio web de Grupo Ubuntu.