Tenet es probablemente la película más esperada del 2020, pero también la segunda más cara de la filmografía de Nolan, con un costo de 205 mdd. ¿Creías que era la más costosa de su carrera solo por la escena del avión? No, su película con mejor presupuesto es El caballero de la noche, con 250 mdd, sin embargo no es la mejor de su carrera.
Mulan de Disney, que estaba destinada a estrenarse en cines desde marzo del 2020, se aplazó hasta que la compañía del ratón decidió lanzarla dentro de su plataforma de streaming, a pesar de cualquier opinión a favor o en contra. Sin duda era una de las grandes apuestas de la productora para este año; no obstante, pensándolo bien, fue la mejor decisión. Definitivamente no iba a ser la película que orillaría a la gente a volver al cine después de una larga cuarentena.
Sin embargo, Christopher Nolan, empeñado en que su más reciente película debía ser vista en cines (para el formato en el que se hizo), colocó a Warner Brothers y las cadenas de exhibición mundiales en una situación difícil, más todavía cuando el director nunca ha estado a favor de que una obra cinematográfica sea estrenada primero en plataformas de streaming, mucho menos una con su hechura y sello.
La pandemia no cedía y los estrenos iban cambiando y aplazando sus fechas de lanzamiento, incluso hasta el 2021. El director, junto con la productora, decidió estrenar la película en varios países donde el resguardo social ya estaba casi terminando. La expectativa se elevaba con la renuencia de Nolan a estrenarla en plataformas alternas o digitales. Todos pensaríamos: “Debe ser ser muy buena para que se sienta como un desperdicio en todo sentido si no se disfruta en cines”.
La realidad es que no. Tenet, aunque no deja de ser una muy buena película de espías y que eleva el estándar para las películas de este corte, vulgariza el estilo de un director, lo ensucia de una grandilocuencia visual exasperante que, si bien es muy emocionante, esconde una historia predecible, reiterativa y que revela su giro de manera prematura, lo que le quita el factor sorpresa o ambiguo que tuvimos en películas como El origen (2010) o Interestelar (2014).
Tenet es una interpretación de “la paradoja del abuelo”, tópico de la novela francesa El viajero imprudente de René Barjavel en 1942. Además, es un concepto que también ya vimos recientemente dentro de la serie de Netflix Dark (2020), pero antes también en Volver al futuro (1985). De este modo, el tema no es para nada nuevo. Aun así, siempre la narrativa del director es interesante acompañada de un montaje ingenioso; lamentablemente todo esto juega en contra del propio estilo de Nolan que lo vuelve pretencioso, pedante y caprichoso.
No quiero decir que la película sea mala, creo que eso sería muy difícil para un director del tamaño de Nolan. El director se dispara así mismo en el pie al regodearse en su propio estilo y al no mantener el balance visual, filosófico y existencial que había logrado en proyectos anteriores.
Discretamente el director se recicla a sí mismo pero sin llegar a la genialidad de películas de las cuales toma prestado como Memento (2000), El origen (2010) y por supuesto Interestelar (2014). Todas estas auto referencias son geniales, pero Tenet revela el propio truco del mago; no deja que el espectador deduzca el final y revela el giro importante de su historia y personaje principal, razones por las que creo se vuelve poco interesante a la mitad de su duración y es rellenada con reiteraciones estilísticas, repeticiones conceptuales y efectos especiales que se vuelven gratuitos. ¡Tristemente, para mí ha sido la decepción más grande del año!