El terror de las citas a ciegas: “Rendez-Vouz”

El 42% de los mexicanos ha descargado una app de citas después de haber roto una relación. El 49.5% son hombres y el 26.6% son mujeres, mientras que 32 millones de usuarios han utilizado este tipo de tecnología para poder conseguir o encontrar su siguiente relación amorosa. Como dicen por ahí: “un clavo saca otro clavo”.

El director mexicano Pablo Olmos Arrayales escribe y dirige Rendez-vouz (2019), un filme que retrata el peligro de las citas a ciegas por medio de las aplicaciones telefónicas que, de alguna forma, sirven como un catálogo abierto de posibilidades para poder encontrar al siguiente amor de tu vida… También hace un retrato sobre el horror que esto ha significado para varios hombres y mujeres que han sido asesinados a manos de un total desconocido.

Rendez-Vouz es la historia de Lili y Eduardo. Ambos son parte de un catálogo de citas en alguna aplicación y no se conocen, pero eso está por cambiar. Lalo llega tarde a la cita con el pretexto de que lo asaltaron, mientras Lili pacientemente lo espera. Ya limando esa primera mala impresión, la caminata a través de el pueblo de Coyoacán comienza.

La película funciona en distintos niveles, tanto narrativos, como estilísticos, técnicos, actorales. En el fondo, por supuesto que hay una moraleja detrás de todo esto, porque aunque el terror y el horror, como género cinematográfico, pueden ser políticamente incorrectos, el discurso de la historia en Rendez-Vouz aborda las consecuencias de utilizar una aplicación como medio para conocer gente y confiar en un perfil que bien puede ser falso.

Pablo Olmos Arrayales recién ganó el Premio del público en el Festival de Cine de Horror en Mórbido y éste, su primer largometraje, ha sido ovacionado en festivales del género alrededor del mundo como Estados Unidos, Francia y España. El estilo tan original que retoma, de una forma tan consistente, la corriente de la Nouvelle vague francesa nos recuerda la técnica de una sola toma de Cléo de 5 a 7, donde la protagonista va caminando por la ciudad visitando amigos mientras recibe sus resultados de cáncer.

En entrevista con el director, le pregunté cómo se había impuesto tal reto de filmar en una sola toma, sin cortes dentro de una ciudad que puede ser un mar de interrupciones para una filmación como está. Él respondió:

Los productores me dieron la oportunidad de hacer otro cortometraje, o bien hacer el largometraje por el costo de un corto. El hecho de que sea en una sola toma fue más una necesidad presupuestal que un capricho estilístico. No había de otra, necesitábamos filmar en un solo día.

También me contó que Rendez-Vouz era un homenaje al cine clásico en blanco y negro, específicamente a Alfred Hitchcock, a quien homenajea dentro de una escena que recuerda perfectamente a su película: Sospecha, de 1941, con Joan Fontaine y Cary Grant. De esta forma muy orgánica el director teje una historia que en su primera parte parece una narrativa idílica o la cita a ciegas que muchos podrían querer… Todo fluye a la perfección en una caminata de noche por Coyoacán contando anécdotas sobre relaciones pasadas y expectativas del uno sobre el otro.

En su segunda parte, el realizador y escritor se decanta por llenar de venganza y decepción la pantalla, que pareciera proyectar dos películas distintas, dos caras de una moneda y, con esto, también dos facetas de un dúo de personajes que hemos estado conociendo por más de una hora y de los cuales nunca te esperas el cambio tan radical dentro de la historia. Para este momento ya estás lo suficientemente enganchado con la pareja que no puedes dejar de mirar la película: el suspenso y la intriga latente literalmente te mantienen al filo del sillón para una resolución sangrienta y real, muy acorde con la realidad que estamos viviendo en México.

Después de ver Rendez-Vouz en www.filminlatino.mx dentro del Festival de Cine de Terror Macabro del 25 al 30 de agosto, no te quedarán ganas de seguir agendando citas a ciegas por medio de las apps, que se han convertido en un libro abierto de posibilidades para estafadores, defraudadores, asesinos y violadores. ¿Quién vigila a quienes vigilando están?