Ensilados bajo la condenación || Poemas de Rusvelt Nivia Castellanos

Bajo la umbría

Un joven delira en la necrópolis,
sorprendiendo pesadillas extrañas ante sus ojos,
deambula por entre lo tenebroso,
su mente se turba con ofuscaciones,
sólo desciende hacia lo tempestuoso,
va él como un moribundo por entre fríos de espinas,
captando depravaciones espantosas,
que lo mortifican hasta aterrarlo,
grita sus quejidos de lamentación,
porque siente al profundo dolor,
grave para este presente tan suyo,
padeciendo toda su expiación,
loco se horroriza como un embrujado.

*

Desvelos

En la tétrica medianoche; tú, vampiro enlutado,
lloras de pavor ante la soledad,
mal empalideces a lo agobiado, los embrujos del alma,
no hay nadie alrededor tuyo, que te consuele,
sólo estás en el panteón del castillo,
reprimido por el íntimo dolor, dando mareos quejumbrosos,
allí donde permaneces escondido en lo espeluznante;
tú captas unas perversiones de tragedia, impresionas lo lacrimoso,
te sumes entre desesperos penumbrosos,
que mortifican tu mente, la existencia gritas tormentosa,
tus anhelos se han ido lejos, pueden las decepciones contigo,
perdido expías por entre lo gótico y
cada vez peor, desvariando en lo espectral,
te hundes bajo lo soterrado.

*

Muerto en vida

Un prisionero está ojeroso y
la soledad lo acaba, ella
arranca sus posibles destinos,
le apaga la vela del soñar.

Yace él contra su fuerza reprimido,
se sabe entre rejas, entre cadenas,
respira, pero no existe para nadie.

A solas, se va ahogando en el olvido,
constreñido bajo su desasosiego,
ve correr el deterioro de su vejez.

Menos el silencio ni lo salva,
hasta el extremo alcanza a vedarlo,
ser un preso rescinde su existencia,
tanto que termina por agujerarle la mente.

*

Preso en la ofuscación

A lo degenerado,
tú estás en el fondo tenebroso,
te arrastras a lo mal por un pantano y
gritas entre el desasosiego con rabia,
las tribulaciones que experimentas como loco,
te resientes a tu vez entre mareos de amargura,
sólo hallando tragedias alrededor tuyo,
percibes la inmoral sordidez,
debido a que también eres culpable;
tú penas los pensamientos del odio y
deliras retorcido bajo lo tétrico,
preocupaciones que son gravosas para ti,
porque desciendes como un mortificado umbroso,
hasta parajes muy siniestros y por lo pecado,
tu conciencia individual se ha viciado,
perdido yerras en lo infausto y a lo desvalido,
te agobias entre tu maldición.

*

Soledad muy sensible

Soledad muy sensible; cuando nos ocultas
atrás de los muros y abajo del tejado, tú
eres frágil, la armonía de este vago instante.
Sin esperarlo; vienes a nuestro desencanto
y nos arrullas con este vacío menguado;
llorarte sea tal vez lo desesperado.

Soledad muy fría, que nos congelas
en el vientre y en la sangre, sos vos grisácea,
la densa nieve que nos pone a temblar.
Desde lo variable; te riegas en nuestra mente
y nos privas con la lluvia de cristal.  

Soledad muy caústica; cuando nos recoges
con la negra bruma y sin la alta blancura,
tú eres aguda, la melodía del músico triste.
Sin prisa; vuelves a nuestras decepciones
y nos embadurnas con este clima azulado;
buscarte sea tal vez lo necesitado.

Soledad muy sensible; que nos atraes
a las viejas y a los decapitados, sos vos lunática,
la estadía adorada, que nos induce a oír el piano.
Desde lo invariable; te acercas a nuestra tumba
y nos levantas con el ánimo noctámbulo.

***

Autor: Rusvelt Nivia Castellanos (Colombia, 1986). Poeta, cuentista, comunicador social y periodista, egresado de la Universidad de Tolima. Segundo ganador del concurso literario Feria del libro de Moreno, organizado en Buenos Aires, Argentina, en el 2012. Fue premiado en el primer certamen literario, Revista Demos, España, año 2014, entre otros recibimientos.