John Wick: la disección de la venganza

La psicología cataloga la venganza como una acción que, lejos de solucionar un problema, ayuda a crear más; no sólo eso, también ocasiona muchos más inconvenientes emocionales, tanto para la víctima como para el victimario.

Hay acciones irreversibles que logran activar el instinto asesino, aunque el ser humano tiene la capacidad de relajarse y romper con esos sentimientos, en ocasiones esto no sucede y ganan las entrañas.

Chad Stalehsky y David Leitch dirigieron en 2014 una película sobre un asesino a sueldo, quien forma parte de una organización global de nombre «La orden suprema». Luego de retirarse del negocio, decide casarse. Poco después, su esposa enferma y en consecuencia muere; no obstante la tragedia, la situación consecuente resulta peculiar, pues ella deja programada la entrega de una mascota, un perro, para su nuevo dueño: John Wick. Sin embargo, su retiro no dura demasiado, ya que su mascota es atacada por un bravucón que termina por asesinarla. El hombre que mata al cachorro, y además roba su auto, resulta ser el hijo de un alto grado de la organización de la cual él formaba parte.

Él es al que contratabas para matar al monstruo

John Wick, o por lo menos el que nació en el 2014, es resultado de la venganza. El asesino a sueldo no lo conocemos porque la historia comienza con su forzado regreso a ser un hombre taciturno pero letal. Un ser humano, sin embargo, en pocos meses le quita todo lo que tenía. Pareciera que el destino lo obligara a regresar al ambiente del que tanto se intentó alejar (al menos eso parece). La furia que crece dentro de John incrementa cuando se da cuenta de que lo que más quería hasta ese momento le había sido arrebatado por capricho.

Comenté en el inicio que la psicología cataloga la venganza como algo insano. Y aunque la satisfacción es gloriosa al tomar justicia por propia mano, las consecuencias, como lo vemos en la historia de John Wick, son una reacción en cadena y con resultados desastrosos que, además, pueden llevarte a lugares oscuros…

Probablemente todos hemos tomado venganza contra alguien. Visualicemos algunos de los actos que hemos cometido. Aquellas venganzas son nada en comparación de lo que JW va hacer para poder estar tranquilo y hacer justicia a su mascota: ¡Sí, a un perro! Lo que podría haber sido una simple historia, se volvió toda una persecución que toma como base el asesinato, no sólo de un animal, sino de un simbolismo de la unión entre Wick y su fallecida esposa.

Toda acción tiene sus consecuencias

Esto es John Wick, una película en la que cazar al asesino a sueldo es peligroso pero vale la pena intentarlo, aunque esto cueste la vida.

Atómica y John Wick

David Letich y Chad Stalehsky, directores de la primera parte, se separaron. Uno es un excelente director de stunts y el otro un fabuloso director de cine de acción. Ambos maravillosos en lo que hacen. Al suceder esta separación, David Leitch dirige la adaptación cinematográfica de la novela gráfica The coldest city de Anthony Johnston. El guion estuvo a cargo del mismo escritor de 300, Kurt Johnstad. ¿Resultado? Un John Wick de otro estilo, sólo con algunas diferencias argumentales y situado dentro de la llamada «Guerra fría» entre la Unión Soviética y EEUU.

Podemos decir que John Wick y Atomic Blonde son hermanos cinematográficos al ser resultado de dos directores que originaron una sola idea y que, aunque ya no continuaron juntos para los siguientes proyectos, su estilo visual, estético y de dirección son muy similares.

Si quieres paz, prepárate para la guerra (Parabellum)

Wick arrastra con él a personas que lo que menos querían era tener problemas con «La orden suprema», pero en un mundo donde el honor es moneda de cambio, todos los días se tiene la oportunidad de morir con honor.

***

Con secuencias de acción excelentemente ejecutadas, John Wick: Parabellum logra afianzar al personaje como uno de los mejores en los últimos diez años. Keanu Reeves (The Matrix) llega con un personaje oscuro, taciturno y solitario al que le arrebatan todo de una sola vez.

Son quizá estas razones las que lo validan como el personaje de acción en el que se ha convertido: humano y sensible, pero también rudo y sanguinario. Una combinación atípica no frecuente entre los espías o los asesinos a sueldo. Esta dualidad es la que cautiva a los espectadores, aunque este tipo de historias ya las hemos visto en distintas películas como el clásico El padrino de Francis Ford Coppola o Búsqueda implacable con Liam Neeson.

Es John Wick una rara mezcla entre la testosterona y el sentimiento, entre la sangre y la nostalgia: una historia que sólo se disfruta con el lanzamiento de cuchillos al estilo Operación dragón, como una película de género giallo o de cine negro. Sin duda, Keanu Reeves es el actor que se quedará para la posteridad como uno de los mejores del género.

Luis TorizAutor: Luis Toriz ¿Qué es mejor, ser respetado o temido? ¿Sería mucho pedir ser ambos? Diría Tony Stark. Colaboro para el flamante Tour de Cine Francés y estoy orgulloso de estar aquí. Nunca les diré no la vayan a ver, sería atentar con su propio criterio
Etiquetado con: