La fotografía es, en esencia, el arte de prolongar los instantes. A través del lente de una cámara fotográfica se nos insinúa la posibilidad de negar la perpetua inmediatez y la irremediable fugacidad que acecha la memoria. La mejor cura contra el olvido. Así, aferrados al papel fotosensible se han quedado prendados rostros, miradas y caricias que de otra forma hubieran sido relegados al vacío del tiempo.
Ana Jaime nos obsequia, pues, algunos instantes que le han sido robados al implacable andar del reloj. Ojos, manos -y algún que otro artrópodo- fueron algunos de los elementos que conformaron esta muestra fotográfica.
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Fotógrafa: Ana Jaime (A.J.) (México, CDMX, abril de 1997). Estudiante de segundo año de la Escuela Nacional de Pintura Escultura y Grabado (E.N.P.E.G.) “La Esmeralda”. Con trasfondo en escuela Montessori, descubrió un gusto por las humanidades y la cultura desarrollándolo en trabajos literarios y fotográficos. Su obra ahonda en el retrato y fotoperiodismo, interesándose en temas como la naturaleza, la cultura, el arte, la psicología, paganismo. Sus grandes influencias han sido artistas del mismo ámbito fotográfico como Steven McCurry, Katherine Cooper, Alfredo Oliva, Kyle Thompson, y cuentos de ficción como Julio Verne. Practica idiomas como el inglés y el francés. Tiene un gusto por los idiomas y cultura extranjera, además de la propia, la literatura y la naturaleza.
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