Imagina que todos tus mensajes de celular y computadora salen a luz. No sólo los de ayer o los de la semana pasada, sino de 5 o 6 años atrás. ¿De qué se enteraría tu familia, tu pareja y tus vecinos? Piensa en la posibilidad de que todas tus fotos y videos de Whatsapp, Messenger y Facebook salieran a la luz.
Ahora traslada ese suceso a una toda una ciudad. Imagina que los secretos de tus vecinos, padres, hermanos, amigos, maestros y políticos, estuvieran disponibles en una página para tu consulta y te enteraras que tu mejor amigo se acostó con tu novia, ¿qué harías?
Alguna vez alguien dijo:
En la guerra y en el amor, todo se vale.
Quien lo dijo, definitivamente no vio esta nueva producción de David S. Goyer (Fury) que mezcla amor y guerra, pero que incluye mucho sexo, sangre y violencia. Todo esto mientras levanta algunas pululas acerca de temas sociopolíticos, tecnológicos y, claro, muy personales.
Un buen día, alguien, un «hacker profesional», interviene el smartphone del Gobernador de la ciudad de Salem (sí, la de las brujas.) Su secreto de vestirse de mujer cuando estableció una política de cero tolerancia a la comunidad LGBTT quema las redes sociales. Eso no es todo. De pronto, todos los secretos de la ciudad de Salem comienzan a salir a la luz por un hackeo masivo a sus habitantes. ¡Todo se sale de control!
Sam Levinson dirige esta película como una crítica doméstica hacía una sociedad que se fija en la viga de su hermano y no le importa la propia. Ridiculiza y pisotea las reglas establecidas, no como un desafío a la autoridad, sino como una protesta ante la hipocresía y la quema innecesaria de brujas que en este momento sucede en E.U., así como el involucramiento determinante de las redes sociales en este manejo de información a gran escala. Recordemos que sigue vigente el tema de la cacería de pedófilos, abusadores sexuales y violencia de género en Hollywood.
Es interesante ver de forma muy bien plasmada, con humor negro y muy ácido, una situación actual y que ha tomado protagonismo ya no sólo en Estados Unidos, sino también en México y Europa. No debato que esté mal denunciar actos de violencia, asalto sexual o acoso y abuso de poder, me refiero más bien a la crítica que se hace sobre la extrema credibilidad que tienen los medios sociales. Tomamos por seguro un comentario, foto, video o cualquier cosa que nos encontremos en Facebook, Twitter e Instagram. Los medios sociales cibernéticos han tomado una importancia a niveles preocupantes.
Nación asesina, más que toda la sangre y el humor negro que derrocha, plasma una metáfora social con los juicios de Salem entre los años de 1647 y 1692 con sus respectivos intervalos de paz. Estos juicios fueron muy famosos en dicha ciudad por su frecuencia y constantes recaídas dentro de la Norteamérica puritana colonizada por Inglaterra y su religión protestante (no católica), aunque en ese momento se dieron a lo largo de todo el país.
Hoy la caza de brujas es muy diferente. Se da través de un celular, del monitor de una computadora o bien, detrás de un micrófono en entregas de premios importantes. La doble moral que impera actualmente en la sociedad está destruyendo vidas y carreras de gente de todos los ámbitos laborales y sociales, aprovechándose del auge de un movimiento, del cual no se debe restar importancia, pues valida los derechos de sectores sociales marginados y segregados históricamente como los de la comunidad LGBTT.
El director y escritor de la historia, Sam Levinson, enfatiza el protagonismo de la mujer, la empodera, al mismo tiempo que ridiculiza la doble moral paternalista de la sociedad norteamericana, su religión hipócrita y destaca las consecuencias en las generaciones más jóvenes que aprenden del ejemplo: se puede criticar y hacer burla de un gay y en secreto mantener una relación homosexual; hablar del divorcio del vecino y engañar al cónyuge propio en casa; asimismo, asistir a la iglesia y apoyar las reglas morales enjuiciando a aquellos que no las cumplen. ¡Bien!
Lamentablemente estas conductas se han llevado a altas esferas de poder político-religiosas y de gran influencia, que han ridiculizado y destruido vidas, por culpables o inocentes. ¿Quiénes somos nosotros, seres pulcros y sin ninguna mancha, para criticar y exhibir los pecados del prójimo?
Deberíamos enfocarnos en mejorar nosotros mismos antes de mirar los defectos del otro. ¡Estoy seguro que hay mucho trabajo en casa!
Autor: Luis Toriz ¿Es mejor ser respetado o temido? ¿Es mucho pedir ser ambos? Diría Tony Stark. Veo y escribo de cine . Colaboro para el flamante Tour de Cine Francés y estoy orgulloso de estar aquí. Nunca les diré no la vayan a ver , sería atentar contra el crecimiento de su propio criterio |