La ilusión nacional de un pueblo y la cronología de una serie de fracasos (I)

Año 2014. El locutor de radio y director de cine Olallo Rubio logró armar un documental cronológico del camino de México al dolor del fracaso y el inicio de una nueva esperanza en el ámbito deportivo. Cabe mencionar que no soy pambolero y mucho menos experto en fútbol, sin embargo todo lo que escribo aquí es gracias a «Ilusión nacional» de Olallo Rubio que me llevó de la mano para poder saber más de la historia de nuestra selección mexicana.

Comencemos…

El fútbol ha sido mediatizado, politizado y utilizado para callar y tranquilizar a las masas. Desde tiempos de Benito Mussolini y Hitler, los deportes, y más el del balompié, han servido como instrumento para que los políticos puedan realizar acciones sin que la población pueda darse una idea de lo que está pasando, de esta manera los tienen dominados y entretenidos creyendo que todo está bien y que no pasa nada siempre y cuando sigan manteniendo una superioridad futbolística.

Uruguay 1930. La selección nacional enfrentaba a Francia en el partido inaugural. Era imposible no recordar la batalla de Puebla de 1862, y eso les proporcionó la fuerza para ir contra los galos, sin embargo el jugador Lucien Loren se encargó de establecer el poderío francés con el primer gol. Por parte de los mexicanos, Juan «el trompito» Carreño logra anotar el segundo tanto del encuentro, pero México pierde 4 a 1.

Brasil 1950. Con la construcción de uno de los estadios de futbol más grandes del mundo, el «Maracaná», Brasil celebra la fiesta de la FIFA como anfitrión y tira la casa por la ventana. En su enfrentamiento contra México, los brasileños ganan con un 4 a 0. El anfitrión está seguro de que llegará a la final y la ganará, pero su enfrentamiento contra Uruguay no sale como lo planeó y pierde la copa en su propia casa. Este fracaso se le conoce como «el maracanazo». A los brasileños les queda algo muy claro: en el fútbol nada está escrito.

Hasta aquí la selección mexicana de fútbol no conoce más que derrotas y Brasil se levantó de su caída para convertirse en el equipo con más mundiales ganados dentro y fuera de su tierra.

El tricolor es un equipo que tiene todo lo que se necesita en carisma y encanto; siempre apoyado por su afición que tiene la ilusión necesaria para decir «¡sí se puede!». Viajando en una rueda de la fortuna que parece estar mal calibrada, México se levanta, se mantiene y se vuelve a caer para quedar siempre entre los 16 mejores del mundo y no dentro de los 4 como siempre ha soñado, arrastrando a un pueblo a la desilusión y de vuelta a su realidad política y social que nunca ha sido nada agradable.

Desde el autogol de Manuel «el chaquetas» Rosas en 1930, sus descalificaciones han sido descalabros a una sociedad hambrienta de sentirse orgullosa por algo, con la esperanza siempre de poder pasar del «sí se puede» al «¡ya ganamos!»

Suiza 1954. México vuelve a intentar ganar a Brasil, pero es aplastado con un 5 a 0 para que Francia lo devuelva a su casa con un 3 a 2.

Suecia 1958. Los mexicanos se enfrentan a los anfitriones en el partido inaugural, pero vuelve a perder con un 3 a 0. Después obtiene su primer punto empatando a Gales para después perder contra Hungría 4 a 0, sin embargo ese punto ganado sabe a gloria.

Chile 1962. Los aztecas se enfrentan a Checoslovaquia y le ganan con un contundetente 3 a 1. Aún así partidos después son descalificados y los checos logran llegar a la final. Una vez más México regresó a casa sin nada.

Inglaterra 1966. El futbolista Enrique Borja de veinte años de edad mete su primer gol a Francia, pero es anulado. En la segunda mitad logra empatarlos con otra anotación.

Después en el mítico estadio Wembley hospeda al jugador estrella de la selección británica, Bobby Charlton, quien estaba por vencer a la selección tricolor y mandarla de regreso a tierras aztecas. Lo profetizado: ¡México se regresa sin nada!

México 1970. Los problemas políticos están exacervados gracias a un evento fatal dos años antes en la plaza de las tres culturas justo antes de los juegos olímpicos de 1968. México era protagonista y era observado por ser anfitrión y por sus multiples problemas sociales. El presidente en turno, Gustavo Díaz Ordaz veía el partido inaugural como una muestra de superioridad política y no sólo deportiva, México debía ganar a Rusia, pero se queda en un justo empate de 0 a 0. ¡Nada extraordinario para unos anfitriones con problemas en casa!

Un partido después impone su superioridad contra El Salvador con una goliza de 4 a 0. Subsecuentemente, México se enfrenta a Bélgica y Gustavo Peña anota el primer gol a los 13 mínutos de iniciado el partido y pasa a la siguiente ronda después de cuarenta años de espera y el Ángel es inaugurado como centro de celebración en la Ciudad de México.

Al jugar contra Italia el mexicano José Luis González anota, pero Italia no se deja y Mexico pierde 4 a 1. Un optimismo especulativo invade a los expertos argumentando que el equipo nacional había tenido una evolución deportiva y que se estaba llegando a un nível mucho más elevado. ¡No estaban más lejos de la realidad!

México no califica para ir a la Alemania 74.

Argentina 1978. México se vuelve fuerte, audaz y valiente, sin embargo y a pesar de subestimar a su contricante tunecino, México pierde contra el país africano para después ser aplastado por el campeón del mundo, Alemania, y posteriormente terminar masacrados por los polacos.

Con este nivel de juego no logra calificar para España 82.

Continuará…