Sebastián Hoffman y el zombi sin tiempo

Existe la podredumbre del tiempo y me refiero así porque lo que pasa en un minuto ya no es válido al siguiente. Nuestra sociedad se rige por tiempos porque la vida se divide en años y a partir de ahí vamos partiendo el pastel de nuestra entera existencia hasta que se nos acaba. Pero, ¿qué pasa cuándo el tiempo no pasa para ti, pero tampoco puedes aprovecharlo?

La comparación del director Sebastián Hoffman de su personaje «Beto» con el cometa «Halley», es gracias a que solamente se puede mirar una vez por sólo unos momentos cada 79 años. Así, Beto está en esta tierra existiendo, pasando inadvertido ante aquellos que no saben que no lo volverán a ver. Para Beto el tiempo es un recurso no renovable que se le escapa más aceleradamente de las manos que a la mayoría de los que le rodean y, aunque todos los seres humanos tienen los días contados, él se pudre en vida, con cada segundo, minuto hora y día se desvanece como el azul oscuro de la noche ante la luz brillante del sol.

Esta reflexión acerca de la muerte que el director hace, pone en contraesquina conceptos que en algunas circunstancias de la vida consideraríamos importantes como el amor de la familia, la compañía, la felicidad, etc. Sin embargo, en la otra esquina se encuentran la indiferencia hacia el otro, la avaricia, la vanidad y la hipocresía. Este personaje paradójicamente trabaja en un gimnasio como un vigilante nocturno, ¿Por qué de noche? Porque así no será visto, pasa sin molestar a nadie por la simple razón de que a nadie le interesa. Todos están ocupados con perfeccionar su cuerpo, mientras que al de Beto le salen larvas de la piel; mientras los demás se preocupan por las calorías consumidas, él no puede pasar bocado y se le abre el estómago. Porque está muerto y quiere vivir.

Beto ya es un zombi, un cuerpo que si bien ya está inerte, quiere seguir viviendo, pero la existencia se le escapa de la manos como se desvanece la luz de un cometa para ya no volverlo a ver. «Halley» es una representación de «Beto» y, así como un cometa se aleja de los demás planetas para seguir su camino en soledad, este hombre se aleja de toda una sociedad para morir pútrido y no molestar a nadie.

Sebastián Hoffman crítica el narcisismo social desde una perspectiva muy intimista y lo hace por medio de un personaje que es todo lo contrario a lo que representa lo bello y hermoso. Hubiera sido muy fácil desarrollar un personaje que tuviera ciertos atributos físicos dignos de admirarse y que por cuestiones de la vida se viera obligado, como en un cliché de cine gringo, a cambiar su parámetros de valores de vida. Pero el director lo quiso ver desde la oscuridad, desde lo feo y despreciado, como si una manzana agusanada y ya marrón por la entropía natural mirara desde el cesto de basura a la que es roja y brillante bajo la luz del supermercado a punto de ser comprada. Este punto de vista es interesante y diferente, algo para admirar de un director que tan sólo con una ópera prima logra plasmar situaciones existenciales tan profundas que cuestionan las razones del propio vivir en el ser humano.

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La película fue premiada por el Festival de cine de terror y fantástico de Sitges como mejor película, y él nominado a mejor realizador en el Festival de Cine de Rotterdam y nominado a 5 premios Ariel en el año 2014. Aunque Hoffman tiene un ojo excelente para la fotografía, atributo que ha demostrado en el documental de José Álvarez, «Canícula» en el año 2012, «Eco en la montaña» y «Los Ojos del mar», prefirió contar con el talento de Matias Penachino, que logró captar lo lúgubre del ánimo y de la ciudad para sacar vida de un anfiteatro de hospital.

Recientemente, Sebastián Hoffman tiene una película proyectándose en festivales, «Tiempo compartido», que ya fue premiada en el Festival de Cine de Sundance como «Mejor guión original» y también está nominada a 5 premios Ariel y protagonizada por el actor Luis Gerardo Méndez, Cassandra Ciangherotti, Andrés Almeida y Monserrat Marañón. De nueva cuenta vuelve a hacer una referencia al tiempo, ahora no de una manera metafórica, sino totalmente retórica con tintes de suspenso haciendo homenaje, para quien lo sabe identificar, al maestro del suspenso, Alfred Hitchcock.

Continuará…

Luis TorizAutor: Luis Toriz ¿Qué es mejor, ser respetado o temido? ¿Sería mucho pedir ser ambos? Diría Tony Stark. Colaboro para el flamante Tour de Cine Francés y estoy orgulloso de estar aquí. Nunca les diré no la vayan a ver, sería atentar con su propio criterio

 

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