El año pasado, casi apenas un parpadeo atrás, Netflix cerró su producción con el estreno de The OA, serie original de la compañía de video streaming. Se pensaría que The OA sería el gran éxito apabullante, pues fue la última producción estrenada a manera de corona, cereza del pastel, cordón dorado que cerró el año. Sin embargo, la reacción general partió del “¿Qué acabo de ver?” bifurcándose en detractores y entusiastas. Las reacciones tan encontradas se deben, creo yo, a que el público aún no está acostumbrado al género fantástico en una plataforma de streaming. Si hacemos una breve revisión de las series más vistas de Netflix durante 2016 se encuentra que solo Stranger Things y The OA son las únicas de ciencia ficción/fantasía. Así que en este artículo pretendo reflexionar sobre las reacciones del público, sobre la producción de The OA, sobre la serie misma y revisar las teorías acerca de la trama. Entonces advierto que este escrito contiene SPOILERS, por tanto, si no la has visto aprovecha las vacaciones (requieres 7-8 horas continuas de tiempo ocioso).
The OA es una idea original de Brit Marling y Zat Batmanglij (quienes han ganado relevancia en la escena indie en Estados Unidos a partir del festival Sundance Film Festival con la producción “Another Earth”) hecha con el dinero de Brad Pitt y bajo los parámetros de Netflix. Es importante esta información ya que la serie no pretende satisfacer a todos sino tener un número limitado de aficionados “apasionados” como dice Peter Debrugue para la revista Variety. Se puede pensar que la serie es pretenciosa, chata, incluso una tomadura de pelo, pero no significa que sea mala.
En resumen, The OA es una historia fantástica sobre el obscuro viaje de sufrimiento de OA sazonado con magia, misticismo y amor. Praire parece el primer ser humano que ha superado el horror a la muerte constatando la existencia de una dimensión espiritual a la cual se llega mediante el sufrimiento. Los milagros ocurren incluso en las situaciones más sombrías de la existencia. No son milagros en el sentido religioso, más bien, en el sentido de la existencia individual en la que el amor y la amistad nos mantienen a salvo mediante la habilidad única de poder conectar con los otros. Tal argumento tiene errores, como confundir la trama con un viaje New Age en los suburbios de Estados Unidos y así sería “difícil de tomar The OA en serio”, y es cierto porque en los primeros 6 capítulos la serie mantiene enajenado al espectador mediante un aura de misterio (¿qué hizo y dónde estuvo siete años Prairie? ¿Porqué puede ver si antes era ciega?) que envuelve la narración de la protagonista. También queda la expectativa sobre la veracidad de su secuestro. Tal situación crea efectos dispares en la audiencia y la crítica, pues mientras uno la alaban como el filme de autor más importante del año otros opinan que falla al ofrecernos su premisa de misterio. Únicamente la segunda temporada otorgará la decisión final sobre la serie.
The OA llamó mi atención por el hecho de la narrativa desde el cuerpo. Como seres humanos “racionales” buscamos respuestas a enigmas que se nos presentan durante momentos críticos de la vida. Somos entidades afectivas que damos significado a las experiencias conforme a los parámetros de las emociones. Somos una red de recuerdos y afectos, por lo que el argumento de The OA reposa sobre la investigación del científico Hunter Hap: la sociedad ha abandonado la religión, desechado los mitos antiguos en pro de la razón y la ciencia; ha dejado de creer en la vida después de la muerte. La vida, antes de la posmodernidad, tenía sentido en tanto que las acciones resonaban como el eco de una recompensa después de morir. Hap intenta reconstruir la creencia de la vida postmortem confiando en la ciencia empírica. El enigma que el investigador intenta descifrar es ¿qué pasa con nuestras experiencias afectivas y nuestros recuerdos cuando morimos?
En este punto hay dos posibilidades: las personas que tuvieron una experiencia cercana a la muerte (ECM) viajan a otra dimensión y experimentan un cambio o trastorno en función de los propósitos que su “guardián” les proporciona. La muerte física es decisión propia, ya que la muerte se afronta en soledad. Así, las vivencias de Praire son incognoscibles e inexplicables para Hap que se afronta a la muerte bajo el discurso científico (cuando alguien muere hay un soplo, un sonido. La dimensión en la que OA se encuentra con Kathun parece ser los anillos de Saturno). Entonces hay dos modos de conocimiento en The OA: el místico y el racional.
Los viajes hacia la “otra realidad” hechos por personas con ECM asumen una “misión” cuyo primer objetivo es obtener los cinco pasos ¿para qué? Es un misterio que la segunda temporada deberá develar, no sin antes explicar porqué Prairie se autonombra Ángel y cómo adquirió el poder de la persuasión. En este punto la serie se confunde con una historia New Age /psicomágica porque deja muchos cabos sueltos (¿quién es Kathun? ¿porqué le quitó la vista y después se la devolvió? ¿qué significan los pasos? ¿qué es la “corriente invisible” y el “ser invisible”?) y no es fundamental que los resuelva, pero también los productores no deben dejar tan a la deriva la historia ni tantas “pistas” sueltas con la finalidad de que la audiencia tome una interpretación a su gusto.
“No sabes algo hasta que tu cuerpo lo sabe”
Como mencioné arriba, un aspecto interesante de la serie es la narratividad desde el cuerpo. Pensamos, hablamos, sentimos desde el cuerpo, no desde algún escondrijo metafísico dentro del cerebro o del corazón. Nuestros cuerpos son la interfaz que conecta el interior (o funciones cognitivas) con el exterior. Platón en el Fedro planteaba que el conocimiento lo llevamos dentro, no como extensión o complementos, sino parte indispensable del ser, por lo que la escritura representa el peligro de olvidar en tanto que está fuera de uno mismo. Así funciona la corporalidad en The OA, pues los pasos son una llave que permite abrir otras dimensiones o realidades. Nuestro cuerpo es indispensable para adquirir conocimiento, sea el que fuere. Descartes desprecia su cuerpo, es un limitante en el proceso cognitivo. Degrada la corporalidad al grado de comparar al hombre con un autómata, una máquina de engranajes que funcionan sólo por instinto. Praire, al contrario, redime los cuerpos con los usuarios porque conoce que todo conocimiento es imposible sin una base material, en este caso, el cuerpo. Hay quienes piensan que el bailecito es ridículo y sin sentido. Adquiere sentido en tanto que el ritmo de los movimientos conectan al cerebro con las extremidades alterando el estado de conciencia y los estados mentales. Esta conciencia alterada en The OA se logra mediante los cinco pasos, que coinciden, curiosamente, con los cinco rangos de ondas cerebrales: Beta, Alpha, Theta, Delta y Gamma. Para entrar más hondo, definir qué es la conciencia es crucial:
El término conciencia fenomenológica se refiere a la experiencia subjetiva que ocurre en una realidad psíquica, lo que significa que esa realidad es sentida por el organismo. Por tanto, existir en el mundo (como ser fenomenológico) significa existir como algo sintiente. La conciencia fenomenológica global contiene todas las experiencias subjetivas, emociones y sentimientos que una persona tiene en un momento dado. Por tanto, la conciencia fenomenológica viene a ser como un corte, una sección o un segmento en la corriente de la consciencia, que incluye: sensaciones, imágenes, sentimientos, emociones, deseos, voliciones, pensamientos que pasan por una mente aquí y ahora, produciendo un mundo sensorio-perceptivo dinámico, en cuyo centro se aloja el “yo” (el si-mismo, su identidad). Este contenido global fenomenológico toma la forma de un “yo” encarnado (corporeizado) en un mundo (la realidad física). Y hace que cada persona sea un punto de vista subjetivo en el mundo, una particular manera de vivir y entender este mundo, su realidad.[1]
Imaginemos que ese “yo” se pueda corporeizar en otra realidad física que no sea la actual. Prairie, entonces, conoce otras realidades físicas a las que se accede mediante la alteración de la conciencia y de la mente con los cinco pasos. ¿Qué finalidad tiene? Aún no se sabe, pero la idea del cuerpo como una interfaz hacia otras realidades o dimensiones parece muy interesante.
De teorías raras
Como cualquier producción audiovisual buena y polémica, tiene su sección en Youtube sobre “Ending Theories”. Por curiosidad vi algunos videos intentando encontrar propuestas interesantes, pero siempre hay lo mismo. Quedan automáticamente descartadas las “teorías” sobre la locura de Prairie, sobre si está muerta/ en coma / durmiendo y todo es un sueño porque denotan pereza mental. En cambio la teoría de que el agente del FBI que platica con Prairie es un “chico malo” encaja bien con la posibilidad de que el experimento de Hap es financiado por el gobierno de Estados Unidos, explicando la intrusión del agente en la casa de los Jhonson para implantar los libros hallados por Alfonso con el propósito de menoscabar la historia de OA, logrando achacar sus relatos a problemas psiquiátricos. Otra teoría, ridícula, pero no inválida, es la relación entre Stranger Things y The OA porque ambas forman parte de experimentos gubernamentales ultrasecretos. Más allá de la experimentación, estas producciones plantean la posibilidad de trasladarse a otras dimensiones y en ambas el cuerpo es la interfaz, el medio para conectar dos o más dimensiones.
The OA no es la gran serie ni la gran revelación de Netflix, pero tampoco es mala. La tibieza se verá erradicada en la segunda temporada, que definirá si vale la pena o no.
[1] http://www.ub.edu/pa1/node/128
Autor: David Paredes(Ciudad de México, 1993)Estudiante de Letras Hispánicas en la UNAM y colaborador en Primera Página. Ha publicado narración breve en revistas como Opción, La Colmena y EnEspiral. Baritono en el Coro de la Asociación de Profesionistas y Empresarios de México (APEM). |