Hiroshige, A river among snowy mountains
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Del origen del caos
El Hombre dijo:
–Hágase el Caos como en la tierra del cielo.
Entonces la Sombra, como el Anhelo,
quiso salir y vivir y gozar y surgir.
*
Del temible nocturno
Los párpados, temiendo las catástrofes humanas,
sellaron los cerrojos luminosos a la noche,
blanquezca como delirio,
nocturna para
los grillos.
*
De la ambivalencia natural
–¿Qué será de la vida –dijo el Hombre–
si está la Mujer?
Y respondiendo ella:
–El Hombre, sin Mujer, no es más que ausencia con piel.
*
De la luz en sus ojos
¿O qué será de la nieve irresoluta?
¿De los ojos del suspiro irrevocable?
¿Del bálsamo de sus ojos,
nieve irresoluta,
que devoran mi suspiro irrevocable?
*
Del recuerdo de una amada
I.m. Margarita Castillo
Madre mía, si de tu cabello lechoso
se alimentó más de un lobo…
si en tus hebras cristalinas
se escondían la granadas…
¿Por qué me visita
la pena de sentirte,
la muerte de quererte en vida,
todavía?