El tiempo me mira
desde su rutinaria sonrisa,
sumisa mueca del encierro
entre las confusas paredes
del círculo que le cuenta los pasos.
Su burlesco andar muerde la piel
y los huesos mueren oxidados
con sueños desechos
a la espera de algún después.
El tiempo me mira
desde su rutinaria sonrisa,
sumisa mueca del encierro
entre las confusas paredes
del círculo que le cuenta los pasos.
Su burlesco andar muerde la piel
y los huesos mueren oxidados
con sueños desechos
a la espera de algún después.