Ilustración de Carlos Gaytan
Desde hace unos meses me propuse no gastar más dinero en libros. Es cierto que el acceso a la cultura está cada vez más coartado por la elitista industria del arte y la meritocracia de la academia. Cuenta Roberto Bolaño en una entrevista para la televisión chilena que robar libros de las bibliotecas era una necesidad cuando era más joven. “El crimen es un arte, y a veces el arte es un crimen”, dice. Es conocida la anécdota que cuenta Fresán sobre una competencia entre dos amigos por ver quién robaba más libros en una tarde. Por más romantizado que esté, el robo de libros está tipificado. Aunque sus implicaciones conceptuales pueden ser cuestionadas y cambiadas, la realidad práctica nos pone en el terreno de la criminalidad. Aquí una guía para reflexionar alrededor de un fenómeno tan complejo como delincuentes.