El convulso escenario mundial de las últimas semanas ha orillado a miles de personas a detener sus actividades diarias, obligando a familias enteras a permanecer en casa. Sin embargo, y sin dejar de lado el ambiente trágico de enfermedad e inestabilidad económica que impera, existe un ámbito que, en medio del caos, parece verse favorecido. Se trata del acceso abierto al arte y de su inclusión en nuestras vidas desde lo que podríamos considerar una dinámica más flexible y heterodoxa.