Algo tienen en común
de la Cruz un tal San Juan,
George de apellido Herbert,
y el resucitando David Bowie.

Algo tienen en común
de la Cruz un tal San Juan,
George de apellido Herbert,
y el resucitando David Bowie.
Escribo este verso
y te imagino amándome.
Éramos galimatías guturales, gesto y pantomima.
Tú con tal grandeza,
la luna, la luna de las estaciones vivas,
la luna llena de sí misma.
Tú la vela en la trastienda. Tú la carne de la ostra.
Te cubriste de sal y yo, yo la bacante con vino,
la bacante en las puestas.
Yo esculpo tus cuerdas vocales
y en labios, soy yo la serpiente, empapada en agua de río.
Rompimos rudeza.
Ilustración de Aimeé Cervantes
A veces me peleo con la noche por tu culpa.
Minutos que caen cuan fortalezas
y se rinden las puertas como pétalos de abril.
Es tu recuerdo, entonces, la dulce muerte del presente.
La gran batalla entre mis sueños y tu nombre.